Por Rivera, a unas pocas cuadras de Luis Alberto de Herrera, se encuentra el bar “La vieja guardia”. Un destino obligado luego de cada ensayo de Cadáveres Ilustres: “hace un buen tiempo que ensayamos en la sala 10.000 watts, que queda acá cerquita, y este es nuestro punto de encuentro. Nos gustó el lugar, un bar de barrio, medio cincuentero; bien bar de esquina, no tipo pizzería”. Un lugar donde se dan algunas de las charlas trascendentales de la banda, “se toman decisiones duras, y también de las light”, bromeaba el baterista, Rafael del Campo.
Fue también el lugar elegido para que nos cuenten del momento de la banda, del disco que se viene y reflexionen sobre el contexto artístico, cultural y comercial en que están dadas las condiciones para editar su última placa discográfica.
Están preparándose para grabar disco. ¿Cómo van los ensayos?
Pablo Martín (cantante): En este momento estamos en la pre-producción del disco. O sea, ya prácticamente tenemos terminados todos los temas que irían y estamos a un paso de empezar la primera grabación, en la que se ve cómo rinden los temas para después llevarlo al sello y entrar a grabar. Los tiempos a veces varían, en este momento la idea es empezar a grabar lo antes posible por nuestra cuenta, para hacer esa maqueta y familiarizarnos con el sonido, porque son cosas distintas el sonido en vivo y el del estudio. En lo posible vamos a hacer eso este mes, para empezar con las tratativas, y bueno, el disco puede salir en mayo o después….
Eso también depende del sello. ¿Por qué sello van a editar esta vez?
Pablo: Por Bizarrro. El disco anterior salió por Lado B, que era una subsidiaria de Bizarro. Como no existe más Lado B, tuvimos que cambiar de sello.
¿Tenían muchos temas compuestos para elegir o ya estaba pensadito?
Pablo: No, como que a veces necesitás la zanahoria adelante. Cuando ya empezás a tener charlas con un sello y te sentás en una mesa a pensarlo, ahí es cuando empezás a meterle. La producción no es algo mecánico, a veces hay etapas productivas y otras menos productivas. Pero esta vez, a diferencia del disco pasado, vamos a llegar a la grabación, sea en mayo o en abril, ya con todos los temas definidos. Estamos tratando de no dejar nada librado al azar.
No sé si profesionalizada, ¿pero se puede decir que la cosa está más organizada que antes?
Pablo: En realidad no, es igual que siempre. Como la formación de la banda ya está estable hace un año y pico, nos estamos conociendo un poco más en ese sentido.
Rafael del Campo: Y ahora como que calentó el motor y estamos terminando; ya tenemos prácticamente todos los temas del disco y se podría decir que está todo sobre ruedas.
¿El fin artístico que tienen hoy es el mismo que tenían cuando arrancaron?
Pablo: Todo se ha profesionalizado más hoy en día. Antes reinaban las ganas de colgarse una guitarra y salir a gritar; como que era más cortoplacista. Hoy en día, por el momento que vive el rock nacional, tratamos de no perder esa frescura, que actualmente no la hay tanto. Igualmente nosotros seguimos con esa zanahoria que es la utopía de decir: “yo quiero vivir de esto”.
¿Y hoy salen a tocar con la misma fuerza que el primer día?
Pablo: Yo creo que sí. Eso lo tiene que decir la gente que lo ve desde afuera. Por un lado, metemos mucho más huevos que cuando teníamos todo el tiempo del mundo y teníamos 18 años. Pero igual, hoy la banda está compuesta también por gente de todas las edades que le da también esa savia nueva.
¿En qué medida ha cambiado el sonido respecto a lo que era antes?
Sergio Butrón (guitarra): En cuanto a la manera de tocar, el disco que va a salir vuelve a la raíz de lo que era la banda en sus dos primeros discos. Un rock garage y punk.
Pablo: Cadáveres pasó por varias etapas: era un rock oscuro, después fue un rock garage, después algo más tranquilo... Hoy en día estamos en una etapa mucho más fuerte, más adrenalínica, pero que mantiene esa idea de rock callejero.
¿Se puede lograr un equilibrio entre el rock callejero más crudo con el cuidado en la producción que hay ahora?
Rafael: Eso es lo que hemos tratado: de no perder esa crudeza, que la tecnología no te haga perder ese sonido.
Pablo: Cuando vas al estudio entran en juego un montón de componentes. Capaz que en vivo te sale esa cosa más cruda, más inicial, pero la idea que tenemos con la producción artística es que no se pierda la fuerza digamos. Vos podrías meterle un montón de cositas, de chiches y de arreglos...
Y se perdería lo que es la esencia...
Pablo: No, no se pierde. Para mí la esencia de una banda es con la gente, el contacto en vivo. Lo que tenés que tratar es que esas cosas sean algo que sume y no que te ablande.
La propuesta de ustedes creo que no está apuntada tanto a la masividad. Masividad que sí tienen algunas bandas de su generación, ¿eso no es algo que a ustedes les importe?
Pablo: No. Ahí sí de repente te puede ir variando la óptica en los años que has pasado en esto, en realidad nunca fue un objetivo. O sea, si me preguntás si me gustaría que Cadáveres sea exitoso, obviamente que sí, eso lo tenemos clarísimo. Nosotros hacemos lo que queremos hacer y como queremos hacerlo. Queremos llegar, pero no a costa de que el producto sea otra cosa. Por algo es que seguimos hace tantos años. ¿Por qué? Porque tenemos un rumbo marcado y no nos salimos de eso.
Como que también importa cómo llegar, qué camino tomar...
Pablo: Claro. La postura es siempre la misma. A veces se te puede catalogar de una manera o de otra. A Cadáveres se lo ha etiquetado como banda de culto o underground porque esa misma gente entre comillas se daba cuenta que “no transaba con tal o cuál cosa”.
¿Creen que los fanáticos de ustedes los pueden llegar a criticar si alguna vez llegan a “transar”?
Pablo: Te vuelvo a repetir: “transar” no vamos a transar nunca. Pero sí se puede dar esa otra situación de éxito, por decirlo de alguna manera. Eso pasa con todo, vos cuando ves algo chiquito y lo seguís, tenés ese sentimiento de pertenencia. Después, cuando se empieza a masificar, pasás a ser un número. Eso pasa con todo, y es natural, pero hay maneras…
Rodrigo Ribeiro