“La situación estaba un poco fea para mí, no me sentía a gusto y decidí probar suerte en otro lado” dice en tono pausado Jorge Galemire, que hace pocos días volvió de visita tras ocho años sin pisar Uruguay. El reconocido músico lleva más de una década en España tocando y componiendo, también extrañando y valorando muchas de esas cosas nuestras a las que la distancia les otorga otra dimensión. Estará unas semanas por acá, hará una serie de presentaciones en las que volverá a tocar con viejos amigos y así como vino se irá nuevamente a Europa, esta vez con la cabeza puesta en ganar espacio como solista, cuestión a la que nunca antes le había prestado demasiada importancia...
- ¿Qué has estado haciendo todos estos años por Europa?
- Bueno... tocando. Tocando por España. Al principio en Canarias, después en Mallorca y después en Madrid; tocando, donde saliera.
- ¿Solo o con banda?
- A veces solo, a veces con una banda. Y una vez que llegué a Madrid, hace unos cinco años, porque viví seis años en Mallorca, estuve trabajando en la gira del 2000 con Jorge (Drexler), después con un grupo que se llama Mestizai, y actualmente acompaño a una cantante brasilera que tiene un repertorio de bossa nova.
- En cuanto a música: ¿qué estuviste haciendo? Me imagino un espectro bastante amplio ¿no?
- No; estuve componiendo mucho. Componiendo unas cuantas cosas, ya hay material para grabar otro disco y más, además. Así que va a haber mucho material para mostrar en esta serie de actuaciones que si Dios quiere tendremos.
- ¿Por qué te fuiste?
- Bueno, el por qué es muy parecido al de todos los que se van. Recuerdo que había un graffiti que decía: “no se queje: emigre”. Yo un poco, no es que esté exactamente de acuerdo con esto pero la situación estaba un poco fea para mí, no me sentía a gusto y decidí probar suerte en otro lado. No es mucho más que eso, razones económicas quizás, se podrían aducir, antes que otra cosa.
- Y hoy por hoy como está eso puesto en la balanza: el hecho de extrañar con el hecho de estar viviendo bien de lo que te gusta hacer.
- Bueno, podríamos parafrasear a Jaime (Roos) y decir que: “el que se fue no es tan vivo, el que se fue no es tan gil”. Podríamos dejarlo así, en esa especie de ambigüedad. Porque de alguna forma tenés algunas recompensas. Pero la música uruguaya es tan potente desde el punto de vista estético que te hace echarla de menos permanentemente. De tal forma que yo los discos de cabecera últimos así que tengo, son de música uruguaya precisamente.
- ¿Y extrañás el estar acá, el respirar el ambiente de lo que está pasando acá, a la hora de componer?
- Totalmente. Y comprobado está, los músicos uruguayos son tremendamente creativos. Acá la gente tiene muchísima imaginación, levantás una baldosa y hay un poeta, hay un escultor, hay un músico, y es una proporción importante de gente con imaginación que hay aquí. Y eso por supuesto se traduce a todas las músicas, por lo menos esto es mi rubro ¿no? Todo esto que te digo de la imaginación lo escuchás en las músicas que se están haciendo acá.
- ¿Cómo notás que lo ven allá a eso que tenemos nosotros? Ese toque de candombe, ese toque murguero, esa cuestión de barrio...
- Es que no es sólo el toque de candombe ni un toque murguero: es el músico uruguayo íntegramente ¿no? Es muy versátil, tremendamente versátil; entonces es un músico que comprende varios estilos, digamos. Puede tocar música tropical o puede tocar música de Brasil, o puede hacer otro tipo de cosas, no solamente mostrando candombe y murga sino haciendo otras cosas. En general tienen muy buena reputación los músicos uruguayos. Y algunos programadores, o algunos dueños de programas de radio, por ejemplo, están investigando sobre música hispanoamericana al punto que, en un programa nocturno, pude escuchar al grupo del Cuareim, por ejemplo. Y al mediodía en otro programa pude escuchar a Ruben Rada, por ejemplo, por una radio española. Y el locutor decía que había una gran deuda con este compositor argentino (risas). Se equivocaron en esto, pero claro, ahí estaba la maravillosa voz de Ruben haciendo de las suyas a través del éter español.
- ¿Cómo ves desde tan lejos el panorama de lo que está pasando acá? A nivel cultural, a nivel musical básicamente...
- A nivel cultural siempre pasan cosas interesantes. La cultura es un hecho mutante, y este es un país muy joven. Entonces se dan permanentes cambios. A veces tienen visos de, como algún perfil de estancamiento según algunos; yo no creo en eso. Creo que de repente la velocidad de desarrollo puede enlentecerse pero nunca se detiene. Y de hecho están saliendo cosas muy bonitas, y muy interesantes. A poco de llegar, por ejemplo, voy a El Ciudadano y veo un maravilloso espectáculo con Hugo Fattoruso y Nicolás Ibarburu, un dúo. Con una frescura, con una calidad, con una... bueno, no sé, realmente me emocionó. Es muy difícil ver a un guitarrista... bueno, de Hugo ya se sabe, pero guitarrista como Nicolás Ibarburu no es muy común encontrar en el mundo, es un guitarrista muy sutil. No sólo él, hay otros: Carlos Quintana por ejemplo, hay un lote de guitarristas que son impresionantes. Digo estos dos y por favor que me perdonen el resto porque hay muchísimos y muy buenos.
- Vos tocaste con medio pueblo...
- Toqué con unos cuantos sí.
- ¿Quién en la parte de guitarra te ha marcado más?
- Te diré que muchos. Mateo me marcó mucho, por ejemplo, pero la sutileza de Walter Cambón también, que era el otro guitarrista de El Kinto. No sé que decirte; todo el pop de los ‘60, todo eso me marcó muchísimo para tocar la guitarra. Tengo influencias de todos lados, pero decirte una o dos, que sean muy notorias así... probablemente no haya. He recibido influencias de muchísimos guitarristas y de muchísima música.
- ¿Recibiste alguna influencia nueva en materia de toque por el hecho de estar allá, alguna cosa que antes no tenías?
- No, quizás incentivé algunas. Por ejemplo el toque brasilero, le di un poquito más de importancia. Tuve que aprender más bossa nova a raíz de acompañar a esta cantante que te digo.
- Eso por un tema más “comercial”, digamos.
- Y porque me gusta. Porque fue realmente una experiencia muy linda estar tocando esta música maravillosa ¿no?, de Jobim fundamentalmente, Bosco, de todos estos compositores de los ’50 de la bossa nova... maravilloso. Vale decir, acentué más los tumbados latinoamericanos estando en España. Me enamoré más del candombe todavía.
- Desde lejos se ve mejor.
- Desde lejos. Desde lejos pero con mucha cercanía porque realmente recibía discos e información, y me procuraba la información. Porque como te dije hace un rato: la música uruguaya realmente me importa y me gusta, me gusta mucho, más allá de lo que eche de menos a mi país ¿no? Me gusta porque es una música de excelente factura, de gran calidad.
- Ahora cuando volviste, ¿con qué te encontraste? Me imagino que habrá sido bastante fuerte ¿no?
- Sí, me encontré con un país con problemas de administración, como siempre, y me encontré con gente maravillosa, como siempre. La gente de a pie es una cosa bárbara, como lo fue siempre: sensible, inteligente, chispeante, orgullosa. Y claro, la encontré de vuelta con problemas de administración que siempre tuvimos. Somos un país muy raro en este sentido. Ahora sé que está un poco baja la cosa, y esto puede afectar, seguramente lo hará, en el carácter de la gente. Espero que como siempre podamos resistir y salgamos de esta.
- No tenés pensado volver definitivamente ¿no?
- Bueno, no lo sé todavía. Esto de volver o no volver no lo tengo muy claro todavía. Sí que me gustaría, pero por la misma razón que me fui tampoco puedo volver. Tengo una vida montada allá y tá. Entonces, si esto cambiara mucho para mí y yo encontrara formas de moverme en mi profesión un poco más rentables, entonces podría esto ser posible y me podría quedar acá. No sé, es importante viajar también, tomar distancia, pero no perder de vista esto nunca.
- Después de que vuelvas a España, a mediano plazo: ¿qué tenés previsto hacer?
- En España será retomar un poco lo que dejé allá, que lo dejé en pausa, y encarar un poco la carrera solista con más seriedad. Cosa que no he hecho, nunca me ha importado mucho ¿no? No he visitado productoras, discográficas, ni nada de esto; pero esta vez lo pienso hacer. A ver si podemos establecer un puente un poquito más sólido entre aquello y esto.
Juan Castel