SieteNotas

El Cuarteto de Nos, cambiando para no cambiar jamás

6/3/2006

Se imaginan no escuchar a ningún “criollo” evocar aquel “maracanazo” de los años ´50, justo ahora que se nos viene el mundial de Alemania y quedamos afuera, o que Torraca pronosticara cielo despejado con veinticinco grados de máxima y acertara, o que los músicos pudieran vivir sólo de la música.

¿No les resultaría raro?

Tan raro como nos puede resultar escuchar el último disco de El Cuarteto de Nos. Y no es mero capricho que “Raro” sea el nombre de este reciente trabajo, el cual contiene doce temas inéditos o mejor dicho doce rarezas de la más variada naturaleza musical.

Roberto Musso nos recibió en las oficinas centrales de Ancap, donde trabaja como Ingeniero dentro del departamento de sistemas (un músico que no sólo vive de la música, eso sí que no tiene nada de raro); allí charlamos de las viejas épocas, de las no tanto y de las que, si el tiempo y el público acompañan, llegarán algún día.

Antes de entrar de lleno con el tema del último disco, vamos a hacer un poquito de historia: pasaron algo más de veinte años desde los inicios de El Cuarteto, en aquel entonces el país recién salía de la dictadura, el canto popular estaba en su mayor apogeo y ustedes venían con una propuesta diferente desde lo musical, que dejaba de ser acústico, hasta la puesta en escena de los espectáculos. Contame de aquellos inicios y de cómo se fue dando la apertura con la gente.

Yo creo que era una época difícil para hacer algo distinto. Yo creo que siempre es una época difícil para hacer algo distinto de lo que está de moda en un momento determinado. Ahí nosotros veníamos de nuestro primer público, por así llamarlo, que empezaba a pagar entrada para vernos, que era todo público universitario, más que nada, y conocidos, bueno, de Facultad de Arquitectura, que estaban haciendo Santiago y Riki y que tocábamos en las bienvenidas de generación y los bailes de ahí. Entonces un poco nuestro primer público fue ese, que también iba a lo que eran las “peñas” que había en esa época ¿no? ¿Sabés lo que es? (se ríe y mi cara delata el desconocimiento). ¿Qué edad tengo? (se pregunta asombrado, como si hubiese sido ayer aquel toque en la Villa Biarritz).

¿Cómo las asambleas de las facultades?

Pero con show. Las salidas de los viernes y sábados de noche eran en alguna cooperativa, ponele ADEOM o en algún lugar así: se hacía un show de Canto Popular y se vendía vino, empanadas, sidra, un poco de todo; el asunto social era ese.

Pero, ¿estaba medio sectorizado hacia grupos políticos?

No, pero la mayoría eran todos militantes de movimientos universitarios y eso, y la mayoría, el noventa y nueve por ciento de los números musicales, era canto popular en esa época, entonces ahí caíamos con El Cuarteto, con unas letras que no tenían absolutamente nada que ver con lo políticamente correcto que se tenía que cantar en aquella época… y bueno, llamaba la atención.

¿Por ejemplo qué canciones tenían en aquella época?

Y teníamos “Andamio Pijuan”; fue de lo que después salió en “Soy una arveja”. Y después había pila que ni siquiera se editaron nunca. Bueno, ya estaba un poco Leo Maslíah, que empezaba a hacer algo distinto de lo habitual, que era un hombre bastante reconocido en esa época… Nunca fue muy fácil porque estabas un poco a contrapié de lo que se hacía. Y bueno, más todavía porque en esos lugares a veces íbamos con formato acústico pero cuando enchufábamos la guitarra eléctrica ya te miraban muy mal.

¿Y la gente qué les decía? ¿Se quedaban con ustedes conversando sobre lo que había sido el espectáculo?

Sí, a veces sí, y a veces te decían: “¿Por qué “esas” canciones hablan de “esas” cosas?

Allá por el ´96, forman el sello “Manzana Verde” para editar el séptimo disco del grupo: “El tren bala”, disco que incluía el tema: “El día que Artigas se emborracho”, a raíz de lo cual se tuvieron que presentar a un juicio. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con sello propio y la anécdota del juicio por ese tema?

No, en realidad el sello ese lo tuvimos que hacer porque no tuvimos más remedio: ya teníamos el disco terminado, estaba grabado y no había ningún sello en Uruguay que lo quisiera sacar porque tenía la canción de Artigas. Porque como estaba planteado el tema, había un juicio penal del Ministerio de Cultura contra El Cuarteto, contra el autor de la canción, contra el editor y contra quien lo sacara, así que en realidad el sello que lo llegara a editar se exponía, digamos, a que el responsable del sello fuera también responsable penal y fuera a juicio con nosotros.

¿Y en que terminó la anécdota del juicio y el problema que se suscitó con el diputado Palomeque?

Fue larguísimo; lo más importante fue eso, que terminó el Poder Ejecutivo haciendo una denuncia a la justicia penal para que nos metieran en cana por la canción esa. Es como que ahora el Ministro de Cultura salga y haga la denuncia penal a la justicia…

Manden a guardar a ese muchacho…

Claro, ir a juicio, digamos, porque supuestamente cometía delito esta canción. En definitiva, contratamos a una abogada, fuimos a juicio y el fiscal entendió que la canción era una canción y no cometía ningún delito penal ni nada. Así que al final la canción quedó prohibida para menores de dieciocho.

Vos me habías comentado que después de eso, en los bailes, el animador antes de que tocaran ese tema…

(Se ríe) Recordaba que los jóvenes no podían consumir bebidas alcohólicas y que “El Cuarteto de Nos no podía tocar el tema de Artigas”.

Bueno, pese a todo El Cuarteto sigue adelante, con propuestas frescas y un público fiel que ahora está con muchas expectativas acerca de este último trabajo: “Raro”, que por lo que me comentaste allá por abril, cuando estaban en plena fase de edición, iba a contar con doce temas inéditos y la producción estaba a cargo de Juan Campodónico. La idea era que el disco saliera en Abril, para realizar la presentación en el Teatro de Verano en Mayo… ¿Cómo anduvieron de tiempos? ¿Ya tienen fecha para la presentación?

Se nos corrió todo un mes. Se atrasó un poquito con el tema de la tapa y con el master también; pensábamos que salía a mediados de abril, pero sale mañana 20 de mayo. Generalmente, para presentar el disco precisás un tiempito para que la gente conozca las canciones, entonces lo mínimo es un mes, entonces tenés un poquito más adelante. Entonces dijimos: “Teatro de Verano en invierno queda medio raro y hace mucho frío”.

Se complica…

Sí, así que tá, lo hacemos en el Plaza el 22 de junio y después, de repente, podemos llegar a hacer un Teatro de Verano más sobre fin de año, cuando venga el calor; vamos a ver qué pasa.

Viniendo de El Cuarteto, uno ya se hace a la idea de que siempre va a ser distinto a lo “demás” ¿Qué es lo raro de este último trabajo? ¿Cuáles son las particularidades?

En realidad, el nombre surgió porque yo tenía unas cuantas canciones, había hecho todo un formato como no había compuesto antes: un formato de canción con pedazos de letra más rapeada y también más largas que una canción pop tradicional de las del formato de El Cuarteto que habíamos siempre experimentado. Tenía cuatro o cinco canciones de esas más otras canciones además y les comenté a aquellos (hace referencia al resto de los integrantes y al productor) cuando empezamos a mostrar las canciones que teníamos entre todos y mostrarle también a Campodónico lo que había, y dije: “Che, lo que sí tengo son unas canciones medio raras que no sé si las quieren escuchar”. Y cuando se las mostré dijeron: “Ta´ bien, son raras porque tá”.

¿En este disco la parte de composición estuvo a cargo de todos?

No, las canciones están escritas por separado. Generalmente… salvo rara excepción viste que hacemos alguna canción en otro disco que tiene la música de uno y la letra de otro, pero en éste disco en particular son todas composiciones personales: hay nueve temas míos, hay dos de Santiago y uno de Riki.

¿Y en cuánto al formato musical? Por ejemplo, en el tema: “Ya no sé qué hacer conmigo”, se ve una fusión: un poco de rap, otra parte más balada…

Claro, ahí está, en el “Ya no sé qué hacer conmigo”, justo como la letra habla de un tipo que va siempre cambiando y habla del cambio y del no cambio, también el arreglo se enfocó: viste que hay una parte medio folklórica, que después el estribillo va a un rock medio pesado y que tiene parte medio de electrónica que conceptualmente tiene que ver con lo que es la canción en sí. Después hay dos que son tipo tirando a punk (se ríe), al más roquero punk, una que se llama “Natural” y la otra “Pueblo Podrido”

¿Y la de “Yendo a la casa de Damián”?

Bueno, ahí va, esa es otra de las canciones que yo le decía a aquellos que era súper rara, porque es una canción que dura como cinco minutos.

Que la estrenaron en la Fiesta X…

En la Fiesta X estrenamos “Yendo a la casa de Damián” y “Hoy estoy raro”, que a su vez hacía referencia al disco. En realidad, el disco se llamó así porque estaba la canción: “Hoy estoy raro”, por eso de las canciones medio raras. Y después, lo que se creó fue un personaje, que es la tapa del disco: la foto de una persona que es la composición de las partes de nosotros cuatro en la cara, que quedó un tipo que parece una persona ¿viste? Te asusta porque parece una persona. (Se ríe)

Y ahora, ¿El Cuarteto en qué etapa dirías que está? ¿Cómo se sienten como grupo?

Viste que siempre que sacás un disco nuevo es una de las etapas en las que se remueve un poco todo, sobre todo en nosotros, que difícilmente tratamos de repetir fórmulas en un disco con respecto al otro. Además, si bien en el disco anterior había tres temas inéditos, ya desde el 2000 que no sacábamos un disco con solamente inéditos; así que la expectativa es bárbara por parte nuestra.

¿Te hacés a la idea de acá a treinta años? (risas) ¿Treinta años?...

(Risas) En una Casa de Salud.

Tocando con El Cuarteto para los “gurises” de diecisiete o dieciocho años, todos con trajes espaciales…

Y andá a saber… o vestidos como KISS ¿no?… (risas). Nosotros, con aquellos, nunca nos hemos propuesto proyectos a largo plazo, porque son los que nunca sabés si se van a cumplir o no, y nunca sabés si te van a seguir saliendo canciones, porque en definitiva, lo que ha funcionado con El Cuarteto, el bagaje nuestro, es nuestro puñadito nuevo de canciones que andamos por ahí mostrando y que cada vez pueden seguir sorprendiendo a la gente y no seguir solamente repitiendo fórmulas de años anteriores… si bien en nuestro repertorio hay canciones que tienen quince o dieciséis años, pero la idea es que te vayas renovando; entonces, si siguen habiendo cosas para decir, seguiremos tocando.

Para decir siempre hay algo ¿no? Uruguay siempre te da algo para decir…

¡No sabés! (risas) En este hubo muchas cosas para decir. En letras debe haber sido el disco en el que escribí mayor cantidad de letras.

Bueno Roberto, muchísimas gracias

Por favor, gracias a vos.

Paola Pacheco

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