La Vela en el Defensor Sporting
cumpleaños feliz

“Feliz cumpleaños loco, porque hoy también ustedes cumplen años”dijo al público Sebastián Teysera poco después de empezar la fiesta velera. Y es así: el 24 de diciembre la gente de La Vela Puerca cumplió seis años y lo festejó como siempre: tocando con y para su gente. Primero fue en el ´95, cuando en el baile callejero que se desarrolla en Scocería y Franzini, los integrantes de La Vela hicieron su debut ante un público nutrido de muchos amigos. Después los festejos se trasladaron a la canchita de basketball del club Defensor, a espaldas del Tren Fantasma... Pero estos últimos tres años, los cumpleaños se festejaron en el Defensor Sporting debido a la creciente popularidad del grupo. De paso, se dona algún juguete para repartir a los niños que no tienen.

Como todos los 24, el día también se presta para celebraciones; cielo azul y mucho calor. En los alrededores del Parque Rodó la gente espera la entrada de la cumple añera. Cánticos, camisetas pintadas con esa especie de calavera fumadora, las botellas de cerveza, sidra o ananá fizz que pasan de mano en mano, al igual que esos cigarritos finitos. Algunas caras conocidas de cumpleaños anteriores y muchas (pero muchas) caras nuevas. No faltará quien diga que ya no es lo mismo que antes y todas esas cosas que se dicen cuando una banda se vuelve popular. Pero lo cierto es que había muchísima gente, más que en años anteriores.

Y es entendible: la gente de La Vela está viviendo su mejor momento, tanto musical como popularmente hablando. Su segundo disco: De Bichos y Flores (uno de los mejores discos del 2001) se vendió como pan caliente, y en una semana fue disco de oro. Al tema El Viejo, lo han pasado hasta el hartazgo en todas las radios (desde Galaxia hasta La Nueva), y sirvió como cortina musical de varios programas de televisión. En octubre llenaron el teatro de verano como si nada y se mandaron terrible concierto que incluyó invitados y escenografía acordes al disco. Está vez no hubo ni escenografía ni invitados, pero hubo lo que todos esperábamos: mucha energía y potencia arriba del escenario. Bastaron los primeros acordes de De Tal Palo y que se declarara a la acusada culpable, culpable, culpableeee... para que se desatara la locura. La banda tocaba y el público respondía poniendo lo mejor: cantando, agitando, revoleando las camisetas y las banderas. Los temas se alternaban entre los viejo del Deskarado (como ser: Vuelan Palos o El Gavilán), y los nuevos (El Huracán o Por La Ciudad). También hubo lugar para sacarse un berretín interpretando dos temas de La Polla y uno de Titás, sirviendo este último como introducción al tema Rebuscado.

A diferencia de años anteriores, en este no hubo tambores, pero hubo murga y una impecable interpretación de José Sabía. Al igual que años anteriores, hacía calor; la diferencia fue que este año apareció una persona con una manguera de bomberos (un ídolo el tipo) y nos refresco a todos. Para cuando tocaron Gente -el último tema-, había tantas personas arriba del escenario como abajo. Ya para ese momento todos sabíamos que, tanto músicos como público presente, nos habíamos convertido en una cosa sola: todos éramos La Vela Puerca.

Nicolás Hidalgo