¿sorpresas?
¿Qué se puede decir nuevo, de Leo Maslíah?
Que es un músico absolutamente soberbio y un compositor sencillamente excelente; ya lo sabemos.
Que es un creador que maneja el absurdo, la ironía y el sarcasmo de manera magistral; también.
Que inventa historias y personajes a veces surrealistas, a veces delirantes, siempre desopilantes y que lo hace todo en clave de humor, sutileza e ingenio; también.
Que es un artista exigente, que requiere al lector "activo" de Vargas Llosa y al escucha atento de Manu Chao; también.
Lo novedoso quizá, es que algunos de sus seguidores -los que reservaron antes de que se agotaran las localidades- tuvieron la posibilidad de reencontrarse con él, los pasados jueves 5 y 12 en el escenario del Espacio G.
Lo que allí ocurrió, tampoco es novedad.
Como en todos sus shows, los asistentes tuvieron la posibilidad de disfrutar de un pedacito de su extensísima obra y de deleitarse con el virtuosismo de su música, con la genialidad de sus canciones, con la hilaridad de sus monólogos, con su indiscutible talento y hasta con predicciones astrológicas que brindó al final, a falta de canciones y a modo de bisses.
No hubo sorpresas, es verdad; pero en el caso de Leo Maslíah eso, lejos de ser una crítica, definitivamente es un elogio.
Analía Camargo