SieteNotas

Loopez, música para los sentidos

28/7/2003

Enciendo la computadora y mientras tanto escucho una canción de Loopez. El tema se llama "Voices" y el disco "Pool".

"Es un proyecto abierto" me comentó hace unas horas Nicolás. ¿Qué quiere decir esto? "Quiere decir que no tiene integrantes fijos, cosa que las idas y venidas de integrantes no signifique una quedada por el camino del proyecto". Pero no solo me hizo este comentario, sino que también me recomendó algunos grupos: Death In Vega, Air, Moby y Forest For The Trees.

Así que ni bien llegué a casa, busqué entre mis CD’s: Led Zeppelin, Jimi Hendrix, Metallica, Herrumbre, Los Redondos, La Vela, El Peyote, Café Tacuba... A las cansadas encuentro un disco de "Artistas Varios" que tiene un tema de Moby.

Evidentemente la electrónica no es lo mío. Sin embargo hay algo en Loopez que me atrapa y hace que me interese cada vez más. Es por eso que hace unas horas atrás estaba en un bar céntrico entrevistando a Nicolás: alma máter de Loopez, quién me aclaraba un poco el panorama respecto a todo esto...

"Hay música electrónica que suena a música progresiva de los setenta y es música electrónica. Y lo ves en vivo y ni siquiera lo montan con bandas: son dos pibes atrás de una mesa llena de aparatos".

Nicolás habla pausado y claro. Mientras tomamos un café y afuera llueve a mares, Loopez me explica su proyecto y yo sigo tratando de entender el porqué de mi nuevo gusto musical. "Esto es como de viaje, una música muy atmosférica, de imágenes, casi como de película", me dice en determinado momento y ahí empiezo a entender un poco más. Le comento que son increíbles los climas que logra generar el disco y que me sorprendía que la música electrónica lograra eso.

"¿Qué es electrónica?" se pregunta y me pregunta "¿Kraftwerk o Gustavo Cerati? Ayer en el toque de Cerati estuvo Federico Deutsch, que hace una electrónica un poco más convencional y había uno que le gritaba: ¡rock and roll! Y no había tanta diferencia entre lo que hacía él y lo que hizo Cerati después. No era que fuera a tocar Metallica".

Y digamos que lo que hace Cerati como solista es más volcado a lo electrónico...

Lo que pasa es que la electrónica hoy en día también es una herramienta más, es como tener un pedal de guitarra...

O la guitarra.

Ahí va, o la guitarra eléctrica. Antes cuando [Bob] Dylan agarró la guitarra eléctrica era un sacrilegio: ¿cómo vas a hacer folk con guitarra eléctrica?

Ahora, vos decías que querés tener un proyecto que se extienda en el tiempo más allá las personas que pasen. ¿En principio a cuánta gente involucraba Loopez?

No, el proyecto lo comencé yo solo. Con la idea de hacer esto empecé a preparar material y una vez que había un mínimo de repertorio, ahí empecé a llamar a gente y a ver si se querían sumar. Los temas más que nada salen desde la intimidad: desde una guitarra y después recién se ensaya. No es como en otras bandas, de las cuales yo también participé, que se trabaja a partir de ensayos o de zapadas en el ensayo. Si bien después en los ensayos van surgiendo más arreglos o algunas modificaciones, digamos que la sustancia de los temas salen de la intimidad de un estudio o de estar con la guitarra solo. Hay temas que surgen a partir de una guitarra española y hay otros que surgen a partir de un bite de computadora; todo vale. El fin, en sí es el resultado final, lo que vos estás escuchando. Eso es lo que a mí más me importa: lo que percibe la persona que está escuchando el disco.

Y la idea en sí, ¿cuándo surge?

La idea surge a mediados del ’99 a raíz de un viaje. La verdad, fue el tener la cabeza despejada y decir: "cómo no se me ocurrió antes" o "lo tengo que hacer ya". Ese viaje fue por Europa y entre otras cosas fui a ver a Massive Attack, que también me terminó de cerrar en el sentido de que, bueno, vamos a lo mismo: es música electrónica o no, pero en vivo tiene formato estándar: guitarra, bajo, batería... Es más: de los tres integrantes de ese momento hay uno sólo que toca algo (que son samples, scratches y teclados), los otros dos rapean y hay veces que ni siquiera están en el escenario. Pero así y todo, a la hora de tocar en vivo hay un batero, un guitarrista, un bajista, hay diferentes cantantes que participan en un tema y se van y después entran los otros integrantes de Massive Attack que rapean un poco y cantan. Y todo esto me pareció buenísimo: ¿por qué si vos tenés un grupo con bajo, guitarra y batería, limitarte solamente al bajo, a la guitarra y a la batería?

Esto fue una gota más para que yo luego hiciera esto. Yo decía: "qué bueno que está, cómo montan en vivo todo lo que vos escuchás y no sabés hasta qué punto es grabado o son samples o lo que fuere". Mismo los sonidos que yo estoy convencido de que eran samples o efectos imitados a partir de una guitarra, te dabas cuenta de que no era igual que la grabación, o que la guitarra estaba tratando de imitar ese sonido que de repente era un sample o un efecto.

Y cuando volviste a Uruguay, ¿qué pasó?

Cuando vine empecé muy suave. La idea era invitar a este proyecto a amigos con los cuales nunca había tocado, amigos músicos que les pudiera interesar esto. Los primeros dos instrumentos que quise incorporar fueron bajo y batería, porque la idea era que fuera una cosa muy rítmica y la base rítmica es el bajo y la batería. Después surgió un guitarrista y empezamos con ese formato: bajo (Ale), guitarra (Miche) y batería (J. Nozar) y yo haciendo teclados y toda la parte de samples y máquinas. Eso siguió así hasta que a partir de una remezcla que yo hice de un tema de El Sexteto Electrónico Moderno que tiene trompetas se incluyó en un demo y empezó a sonar en la radio. A raíz de eso empezamos a hacer el tema en vivo, para lo que hablamos con un trompetista que se incorporó a la banda. Ese es el formato que más o menos tiene hoy la banda, con integrantes diferentes, pero básicamente es ese el formato.

Afuera sigue lloviendo y nosotros seguimos en el bar hablando de música, tecnología y primer mundo. Me es inevitable pensar en las diferencias que hay entre Europa y nosotros, no sólo desde el punto de vista económico, sino también cultural. "Mirá, yo te explico" me dice Nicolás al comentarle esto de las diferencias, "ahora en general todo el mundo escucha más música nacional que antes. Yo me enganché con el rock nacional a partir del ‘85 que fue la salida de la dictadura y se empezaron a hacer los festivales. Arranqué escuchando Los Estómagos, Traidores, Neo 23. Ahí, como todo el mundo, me enganché a escuchar y a ir a ver bandas. Pero de todos modos esa cantidad de bandas, no sé, sería el 2% de toda la música que escuchaba. Por lo menos el 90 % de lo que escuchaba yo, era música inglesa o algo australiano y europeo. Y sin duda que había una diferencia de sonidos entre las bandas de afuera y las de acá. Esa fue unas de las cosas que siempre me llamó la atención... Me llamó la atención no, no sé si es una preocupación o un cuestionamiento: el por qué no se podía sonar más parecido a eso, que a mí modo de ver era un mejor sonido, más consistente, tambores con más cuerpo... Yo sé de todas las carencias para grabar, de tiempo, de plata y todo, pero de repente habían bandas que tenían que sonar con unas guitarras muy poderosas y tenían sonido de ciclomotor Yamaha 50. Eso dejaba de enriquecer la música, estaba perdiendo un punto que podía tener a favor".

Punto que ahora se lo está ganando.

Punto que en los últimos años se viene mejorando muchísimo. Bueno, de hecho antes la figura del productor artístico acá prácticamente no existía. En los últimos, qué podemos decir, cinco años...

Capaz que un poco más: los productores más conocidos son [Juan] Campodónico y [Carlos] Casacuberta.

Claro, a partir de El Peyote [Asesino]... digamos... principio de los noventas. Pero como que ahí arranca, pero yo creo que recién hace unos pocos años que se está viendo el concepto en sí del productor y que están empezando a sonar mejor las cosas. Entonces la idea es... vos me decías que estamos en Uruguay y no en Europa, pero ¿por qué no podés sonar como en Inglaterra? De hecho parte de algún buen comentario que me han hecho es: "no parece que fuera de acá". ¿Eso es bueno o malo? Para mí es una especie de elogio. Me parece que está bueno ir rompiendo esas barreras y tratar de que todos esos puntos que de repente son subsanables, más ahora con la tecnología que hay, se puedan ir mejorando. De repente vos tenés una buena banda y por falta de un productor o de tiempo para mezclar bien un tema, estás perdiendo puntos positivos por el camino.

La idea mía es tratar de verme como parte del mundo y no como parte de Montevideo, yo estoy tratando de que este material no se termine en Montevideo. Tratar de empezar a tocar en Buenos Aires, Chile, México, Inglaterra o lo que sea.

Pero a lo que iba yo, cuando hablaba de las diferencias entre Europa y nosotros, venía por el lado de si el público está preparado para aceptar lo que hacés.

El público me ha sorprendido, porque me ha pasado de encontrarme con gente que está por fuera de la música o de la movida digamos y te ponés a conversar de que hacés música y te dicen: ¿y qué hacés? Bueno, primero me cuesta mucho explicarlo. Después pienso que cuando le muestre no va entender nada, o no creo que le guste porque está acostumbrado a escuchar otra cosa. Y he aprendido a no subestimar a la gente porque me he llevado sorpresas: desde gente que está muy por fuera de la música y de gente que está muy por dentro de la música en estilos totalmente diferentes. He tenido contacto con gente de otras bandas más tiradas hacia el rock, más oscuras, más como cerradas y de repente me dicen: "que bueno está esto" y quedo de cara. Me parece que está bueno porque uno de los objetivos es ese: que no haya barreras, como que todo vale.

También ayuda el avance tecnológico de hoy en día ¿no?

Hoy en día estás trabajando mucho más cerca de lo que es el primer mundo, de lo que era antes.

Pero yo a lo que voy es: para hacer un trabajo como este que hiciste, ¿es necesario sí o sí entrar en un estudio de grabación?

...No. En nuestro caso hubo tomas en estudios de grabación, pero no es necesario. Nosotros por un tema de microfonía. A la hora de grabar una batería necesitás varias pistas y yo no cuento con un equipo diferente al de cualquier otra casa. No tengo una tarjeta de sonido de 16 pistas ni nada. Tengo una tarjeta buena, pero estándar, que graba dos pistas máximo y es por el stereo ¿entendés?. Lo que sí tenés posibilidad de trabajar mucho en post producción: grabar una guitarra que de repente no quedó muy bien y después le metés efectos: reverb, chorus, delay, recortás, pegás... El tiempo de grabación debe ser un 10% del tiempo que insumió lo que viene a ser el disco. El otro 90% es mezclar...

Y corrés con la ventaja de que no vas contrarreloj en el momento de grabar.

Exactamente. Este disco tiene dos horas y media de estudio. Es ensayar, ensayar y ensayar. Y cuando baja el reloj es tocar y grabar de una toma todo y pinchar los errores.

¿Y así no se pierde calidad de sonido?

¿Por qué? Al contrario: en vez de estar mezclando un tema rápido porque no te alcanza la plata para pagar más, podés estar todos los días después de laburar, estudiar o lo que sea, cuatro o cinco horas, o colgarte toda la noche en sólo lograr el sonido perfecto para una guitarra. Y eso sólo puede ser bueno. En una de esas si vos lo ves desde el lado del punk, capaz que no puede ser válido.

Digamos que estamos en un momento en donde las reglas del juego están cambiando y vos no tenés ningún prejuicio al respecto.

No ninguno. Yo no digo: eso no fue tocado así, está pinchado y todo eso. No sé, más de uno usa corrector de voz, más de uno no hace estas cosas, entonces... es todo relativo. Saliendo de un tipo con una guitarra española, lo que pase de ahí para afuera... donde metas una guitarra eléctrica y un pedal, ya estás usando tecnología y no hay vueltas.

Y en el momento del toque en vivo, ¿cómo yo sé que realmente estás tocando y que no es una grabación?

Porque te vas a dar cuenta qué es lo que está tocado y qué es lo que no. Y te vas a dar cuenta perfectamente qué cosas son "electrónicas" o están secuenciadas.

A esta altura de la nota ya estoy convencido de que eran mis prejuicios los que no me dejaban disfrutar mi nuevo gusto musical. De todos modos y mientras afuera del bar sigue lloviendo, le propongo que me convenza de que escuche el disco.

Lo único de que puedo dar certeza, es que vas a escuchar algo totalmente diferente a cualquier cosa que hayas escuchado de acá y no sé si de otros lados también; mismo por ser de acá.

Seguimos hablando del CD "Pool" y de música. "Lo que pasa es que a mí me gusta manejar una diversidad de estilos distintos" dice Nicolás respecto a sus gustos musicales. Y pone éste trabajo discográfico como ejemplo: "hay canciones más tiradas al rock, otras más tiradas a la electrónica, más a la bossa nova, más al new age, cosas más grounge... Perfectamente "Pool" podría ser una ensalada de muchos grupos. Y si yo pusiera a cada canción un nombre de un grupo diferente, capaz que pasa. Es una cosa que hasta yo me cuestiono: vos escuchás a Elefante y si no conocías el tema, igual te das cuenta que son ellos y si no es Elefante es muy parecido. No sé si es una contra, pero eso conmigo no pasa. Inclusive sé que hay mucha gente que conoce temas y no conecta el nombre con la música". De todos modos se justifica diciendo que "el tema también es que esto son las primeras experiencias, creo que de acá al futuro va a cambiar. Si bien la línea va a ser la misma".

Cuando apago la grabadora ya pasó casi una hora de entrevista. El café hace rato que lo tomamos y la moza nos mira de reojo, esperando que la llamemos para pagarle. Nos quedamos charlando un poco más, hasta que Nicolás se tiene que ir a hacer otra entrevista. Antes de irse me invita a que vaya a un concierto de Loopez. "Te vas a sorprender" me asegura. Mientras voy de regreso a casa en el bondi, todavía me sigue dando vueltas en la cabeza una frase que dijo: "saquémonos los prejuicios y dejémonos tomar por la música y el sentimiento que ella nos provoca". Cuando llego a casa intento seguir este consejo: pongo en el equipo de audio el CD de Loopez y me dejo tomar por el sentimiento que la música me provoca. Los prejuicios creo que ya los dejé hoy mientras hacía la entrevista. Enciendo la computadora y mientras tanto...

Nicolás Hidalgo

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