maquinitas y pool

Hace cincuenta años atrás, Elvis Presley editaba That’s All Right, Mama e inauguraba lo que todos conocemos hoy como rock and roll. En ese momento muchos se escandalizaron, algunos se sorprendieron y otros simplemente se encogieron de hombros esperando que esa moda pasara. Obviamente ninguno predijo lo que vendría.

Salvo por la primera (hoy nadie se escandaliza por nada), la sorpresa y la creencia de moda pasajera son sentimientos que también la música electrónica tiene que cargar muchas veces sobre sus espaldas. Así que el concierto presentación de Pool, el disco debut de Loopez, también cargó sobre sus espaldas expectativas y alguna que otra curiosidad.

Con una Sala Zitarrosa repleta y luego de que el pastor Leo Sónico nos invitara a zambullirnos en la piscina, Loopez comenzaba con “Un Giro” a develarnos las curiosidades y a colmarnos las expectativas.

Imágenes filmadas de fondo y una muy buena iluminación reforzaron la idea global del show, mientras que los invitados aportaron para crear climas. Primero Daniel Bonilla guitarrista de Fixión, imprimió su toque oscuro. Luego el guitarrista Bob Sónico y el tecladista-trompetista del legendario Sexteto Electrónico Moderno: Armando Tirelli, contribuyeron al perfil retro de la noche. Todo bajo ese manto electrónico-viajero que diferencia a Loopez de otras propuestas de la música montevideana. Pero el punto más alto fue protagonizado por la estupenda voz de Stella Maris en la versión del tema “Una Vuelta Más”. Además de tocar prácticamente todas las canciones del disco, hubo tiempo para un bis con “Fluir”: un nuevo tema estrenado esa misma noche.

Está claro que en un país que le cuesta salir de lo conservador, las cosas nuevas (aunque esa novedad sea sólo para nosotros) siguen siendo una compleja manera de hacer las cosas. Es ahí donde Loopez consigue su mejor logro: conectarse y llegar a una nueva generación que quizá, cambie las reglas del juego, del mismo modo que hace cincuenta años.

Nicolás Hidalgo