SieteNotas

Jorge Nasser, la vuelta a la milonga

3/1/2006

La milonga siempre estuvo presente en sus trabajos, pero esta vez “va directo al corazón”. No dejes de leer esta nota porque Nasser, mientras toma un té con limón en la cafetería del Moviecenter, nos habla del amor, de su público, de Alfredo Zitarrosa y de las letras de su nuevo disco: “Por Milonga”.

“CANTO PARA LOS LUCHADORES DE LA VIDA”

¿Por qué te pasaste del rock a la milonga?

Yo empecé con Níquel como un juego de muchachotes, pero cuando buscamos hacer algo más serio, más profesional, se complicó. Níquel era una banda de rock y no tenía que ser profunda; cuando nos pusimos “serios” y pensamos en dejar un mensaje, se fue todo al carajo. Pero no hay ruptura de un disco a otro, hay crecimiento.

¿Creés que el rock no es profundo?

Antes que nada el roquero es hedonista. El rock es un género que se basta a si mismo, no hay que explicarlo. Si te lo tomás en serio empiezan los problemas. Además, el rock es un amante muy infiel, no está siempre, hay modas. Ahora se mezcla todo con todo. En mi época era diferente, si tocabas con una murga eras un terraja…

¿Cuándo nació la idea de sacar “Por milonga”?

Era una consecuencia natural luego de dos años sin hacer un disco. Además, no puedo con el genio (se ríe), me gusta hacer discos…

¿Por qué estuviste dos años sin componer?

Porque es el ciclo habitual. En el 2001 fue “Efectos”, en el 2003 saqué “Milongas del querer” y este año “Por milonga”. Cada dos años hago un disco. Antes hacía uno por año, pero me di cuenta que era demasiado rápido.

¿Por qué?

Porque la gente no tiene tiempo para digerirlo, aún lo está paladeando, asimilando. A mí todavía me queda mucho por aprender del disco anterior. Un disco no mata al otro, cada uno es diferente.

¿Qué buscás transmitir con este nuevo disco?

Quiero transmitir lo que dicen las canciones, quiero decir que menos es más, que con menos ornamentación podés ser más directo. Para decirle a alguien que lo querés lo mejor es decirle directamente: te quiero. Y mi disco es un poco eso... “Por milonga” es una profundización de “Milongas del Querer”, pero es más despojado, más milonguero. Es otra cara de un mismo calidoscopio.

¿Qué significa la milonga para ti?

Un género que me recibió y me brindó las herramientas artísticas para que me sienta completamente pleno. Aunque no sea el único género que está en el disco, y espero que no sea el único que toque en mi vida, la milonga es el género madre, el tronco, el que dio lugar al candombe.

¿Creés que tu público ha ido cambiando?

Sí, porque yo cambié. Los que cambiaron conmigo me entendieron y son mi público. Quiero que mi público sea cualquiera en cualquier parte y de cualquier forma; no me seduce la idea de que tengas que ser de determinada manera para escuchar mi música (explica convencido). Elegiría a un matrimonio joven que la está luchando o un joven que trabaja en España y estudia porque canto para los luchadores de la vida.

“EL AMOR ES UNA DROGA INFINITA QUE PEGA MUY FUERTE”

¿En qué te inspiraste para hacer las letras?

En cualquier cosa. Hay cosas que me inspiran, como el amor victorioso, el triunfo… Me sentía culpable de cantar siempre sobre el amor roto. En una de mis canciones, que se llama “Es para siempre”, hablo del amor victorioso.

¿Creés en el amor?

Sí, pero antes no creía. Conocer el amor me hizo cambiar; creo que hay amores que son para siempre. El amor es como el yoga, exige una disciplina, no es como el de Hollywood… (se ríe). El verdadero amor es un trabajo difícil que hay que respetar y darle un lugar. Cuando lo probás es una droga infinita que pega muy fuerte.

¿Las letras reflejan tu identidad?

A veces soy insoportablemente autobiográfico, escribo mi peripecia y la de los que me rodean. Me cuesta mucho imaginarme fantasías puras.

¿Buscás que tu público interprete lo mismo que tu querés transmitir o preferís que cada uno entienda tus letras como quiera?

En este disco soy muy directo, no dejo libre interpretación. Es decir, soy lo que ves, este es el mensaje que trato de dar, que no dé para dobles interpretaciones porque he sido un artista mal entendido. Cuento con una nube que me ha acompañado toda mi carrera. Unos nacen con estrellas y otros nacen estrellados…

¿Cómo creés que son los medios con los artistas?

Los medios ayudaron a que las bandas crezcan, pero son un poder que adoptó un nombre que es mentiroso, porque no están en el medio, están en la punta del iceberg. Falta mucha ética, son de temer. Los pueblos creen poco en los medios y la juventud desconfía bastante y eso me alegra.

Hablemos de la primera canción: “Seguro”, ¿qué mensaje querés dar?

Es una reflexión filosófica que busca demostrar, por el contrario, que nada es seguro en la vida.

¿A quién te referís con “Nariz fría”?

A lo inesperado de un afecto; básicamente cuando alguien irrumpe en tu vida. En realidad, las letras no resisten una explicación, la explicación las volvería obvias.

¿Por qué escribiste “Carritos de mi ciudad”?

Los carritos rompen los ojos y rompe los ojos la hipocresía de la sociedad uruguaya. Es una de las sociedades más cínicas que conozco; atrás de lo solidario se esconde una realidad monstruosa: no queremos ver un clasificador recogiendo la basura. Lo mejor es aceptar para que las cosas mejoren, no podés ignorarlos. Yo tengo una visión pro activa de la situación. En la campaña política “los carritos” fueron usados demagógicamente. Quiero dejar claro que el tópico social nunca fue mi fuerte porque soy pudoroso a la hora de expresar mis pensamientos sociales y políticos. Está mal que el artista use la tribuna para expresar lo que piensa, por más que tenga razón. Odio las bandas politizadas.

Sin embargo hacés apología de la marihuana…

Soy partidario de la legalización de la marihuana; el porro no es algo esencialmente dañino pero la cocaína y el alcohol son maléficos.

Una de tus canciones hace referencia a la Luna…

La canción “Luna de Pirarajá” se basa en una historia real, porque muchas veces nos topamos con Lunas bellas, por ejemplo, cuando paso por Mariscala, Treinta y Tres, que es mi patria adoptiva. Pirarajá es una localidad que queda después de Mariscala y el nombre me parece muy poético. Siempre me gustaron las canciones que nombran lugares porque me hacen revivirlo.

¿Qué impacto tiene Níquel en este nuevo disco?

Níquel significó quince años de mi vida, sentimientos que me visitan a diario pero también está en el pasado. Lo veo como algo que ya fue. La única conexión es la canción “No tengo timón”.

¿Por qué le pusiste “No tengo timón”?

Releer esa canción después de doce años de haber sido editada contiene una ironía. La adaptación a tango le quedó perfecto, eso me sorprendió. No quería que me quedara igual. La canción siempre tuvo un espíritu de milonga y de tango en el arreglo, pero no me había dado cuenta que lo tenía también en la letra.

¿Por qué “Milonga de Otoño” no tiene letra?

Porque amo la música instrumental. Cuando se acaban las palabras queda la música. La compusimos en otoño porque ésta estación tiene un dejo de melancolía. Es como si se congelara el tiempo en ese otoño sin fin…

¿Cuál dirías que es la letra que rompe los esquemas?

“Tatú Carreta” porque es la historia de un tatú de medio metro, por eso se llama “carreta” y es muy difícil de encontrar en el campo. Lo descubrieron en un campo en Santa Fe y lo casaron porque era un bicho para estudiar. Le pusieron un candado y al poco tiempo se les escapó, burló la vigilancia. Fue noticia en todos los medios, por esto -explica con euforia- me hice hincha de ese “Tatu Carreta”.

La canción “Pajarito del alba” habla de Argentina, ¿por qué?

Lo escribí por Cromagnon y la seguidilla de hechos trágicos que ha rodeado al pueblo argentino. Deseo que paren las tragedias. Yo viví en Argentina, tengo un hijo que nació allí. Siempre tuve una actitud hipercrítica a los argentinos. Los uruguayos somos hipócritas porque los criticamos y después les copiamos todo lo que hacen. Son nuestros hermanos y somos muy parecidos a ellos. Ojalá que el pajarito del alba traiga cada vez mejores noticias.

¿A quién le dedicás la última canción “Irte así”?

Es para mi Papá, que se murió este año. Nos amamos y nos peleamos siempre, tuvimos una relación muy pasional. Esta última canción la escribí antes de que muriera, tuve como una premonición. No hubiese podido componerla después…

“ESTE NUEVO DISCO VA DIRECTO AL CORAZÓN”

¿Te sentís más identificado con el campo que con la ciudad?

Yo habito una orilla en donde doy un paso y estoy en el campo y doy otro y estoy en la ciudad, eso es Montevideo: un casco de estancia hambreado. Yo canto esa música orillera, la milonga nació en los suburbios de la ciudad.

¿Quién te ayuda a la hora de componer?

Muchos, infinitos… John Lennon, Bob Dylan, Carlos Gardel, U2, Alfredo Zitarrosa, entre otros…

¿Quién es Zitarrosa para ti?

Alfredo es un norte, es un servidor. Es una obra que visito constantemente, consulto y recibo respuestas. Yo creo que a él le parece bien lo que hago. Después de haber sido un cantante estrafalario, Zitarrosa debe estar disfrutando que yo haya vuelto a la milonga.

¿Cuánto tiempo te llevó hacer el disco?

Toda una vida porque las canciones vienen desde siempre. “Milonga para una niña” lo canto desde cuando tenía seis años, pero si hablo de un tiempo de grabaciones y demás, “Por milonga” lo hice entre abril y julio.

¿Cómo definís este nuevo disco?

Es un disco muy milonguero, que va al punto, directo al corazón.

¿Pensás seguir sacando discos?

No sé, ojalá, si tengo algo para decir…

Federica Inthamoussu Riet

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