A días de su show en Sala Zitarrosa, adelanta algo de lo que será su regreso.
Flaco, ¿tu Atalaya sigue en pie?
Carlos, a mi Atalaya no la derriban fácilmente, jajaja, aunque está a la espera de acontecimientos, pero siempre dispuesta a la vigilancia más escrupulosa de todo lo que se mueva.
Y después de veinte años, ¿cómo has encontrado Montevideo o lo que recordabas de él?
Había un anuncio en los años 70 que decía: “El Uruguay mantiene sus rasgos más típicos... bla bla bla”. Y sí, sigue todo igual. Ir en autobús sigue siendo una coctelera, caminar por las aceras una aventura de riesgo y creo que aquí aún no ha llegado la “sostenibilidad” que pregonan en Europa, que cualquier cosa es sostenible (sigo sin creérmelo). Hay cambios, estaría ciego si no los veo, pero Uruguay tiene una forma de vida particular que si la pierde... no es mi paisito y lo más importante… la amabilidad, la ayuda, el respeto, aún no se ha perdido y eso es oro en polvo.
¿Has tenido oportunidad de salir y ver música en vivo?
Sí, fui a la presentación del disco de Rossana Taddei en Sala Zitarrosa. A los 10 años de Oro en Bluzz Live y a la de mi gran amigo Daniel Bertolone y sus LoveCats y llevo una semana, jajaja. En todos he disfrutado muchísimo, Rossana y Cheche tienen una magia espectacular, Oro me voló la cabeza, Blues pesado, son una auténtica apisonadora y Daniel Bertolone como siempre, ¿qué puedo decir de él que no se haya dicho?
Seguís manteniendo el contacto con la música uruguaya ¿verdad?
Más en contacto que nunca, tanto con músicos amigos de la época como con las nuevas corrientes. Siempre enmarcado en esta virtualidad de las redes, pero que comienza a hacerse real en esta visita a Montevideo. Voy encontrando en las actuaciones o quedando con todos los que nos enviamos mensajes o mantenemos de una u otra forma ese vínculo.
¿Y qué te trae por acá? ¿Cómo se dio este regreso?
Me trae la necesidad de mostrar in situ lo que estoy haciendo en este momento y otros temas que llevan más tiempo conmigo, pero que sólo conocen por escucharlo y verlo en Youtube. Pensé que sería muy bonito unir en un concierto a las personas que me vieron en los 1970 con las del 2000. Hubo un par de intentonas fallidas y no me rendí hasta concretarlo.
El 25 te subirás al escenario con Pablo Traberzo, un viejo compañero de ruta, y otros grandes músicos como Luis Gutiérrez, Fede Vaz y Santiago Cutinella. ¿Nos podés adelantar algo de lo que será el toque en la Zitarrosa?
El toque será una mezcla de experiencias musicales recogidas a lo largo de la carretera y, para ello, como tú dices, me rodearé de unos músicos excepcionales.
Con Pablo Traberzo ya hemos tocado muchas veces. Hace ya unos cuantos años, junto a una productora de España, logramos llevarlo por dos años consecutivos a actuar en Madrid en una serie larga de conciertos.
Fede Vaz es un armonicista de primera línea, me encanta su toque y él trabaja las dos armónicas, las diatónica o blusera y la cromática (más dulce para mi gusto) y que en algunos temas le da un punto guapísimo.
Luis Gutiérrez estará en una mini batería y un set de percusiones que va desde la darbuka a las tablas hindúes, que para mí son importantísimas. Es un sonido que me envuelve y me hace flotar.
¿Mostrarás tus distintas vidas musicales? Te lo pregunto porque muchos sólo conocen o recuerdan el lado Opus Alfa o Días de Blues.
Habrá blues, pero también pinceladas con aires hindúes, new age y dentro de ellas participación de los asistentes, ya que me gusta la interacción con el público. Iré desde temas muy sutiles hasta la alegría desenfadada.
¿Cómo ha sido el armado del recital a la distancia; la producción en general, no sólo artística?
Bueno… sabes bien que no es fácil organizar este tipo de eventos desde España en este caso. Primero porque al no vivir aquí vas perdiendo algunos contactos y los medios de comunicación se van renovando con personas jóvenes, que no tienen por qué conocerte y tampoco tú a ellos. Desde ese enfoque, lo mejor es contactar con alguna persona con la que crees que puede haber buen entendimiento y que esté de alguna forma ligada a tu estilo musical, así que no dudé en llamar a Leo Garay y que fuera él quien me organizara la producción del mismo. Acerté al 100x100, me entiendo a las mil maravillas y todo va rodado!
Evidentemente, no me he quedado al margen y pongo mi granito de arena haciendo posters, videos o lo que haga falta para promocionar el concierto. Está siendo una experiencia totalmente enriquecedora y le estoy muy agradecido a Leo el esfuerzo que está poniendo para poder disfrutar este momento.
Aunque a esta altura del partido ya estarás “de vuelta”, ¿qué expectativas tenés de cara al espectáculo y a la respuesta del público?
Mira, el partido hay que jugarlo intensamente hasta último minuto, porque si no, te meten el gol. No estoy de vuelta de nada, sigo luchando cada día, si dejo de luchar, disfrutar, sorprenderme… soy hombre muerto. No hago este concierto para sacar un dinerillo y eleeeeeeee, no, lo hago para hacer un recorrido de temas, algunos con años a su espalda, pero que nunca los había presentado en Uruguay y otros más recientes y quiero que suenen lo más brillante posible.
En cuanto al público… muchos ya conocen lo que estoy haciendo en estos momentos, las redes son un escaparate perfecto para el que tenga curiosidad o interés en ver propuestas. Muchos de ellos estarán allí. Muchos jóvenes, que son una inyección de moral impagable, están al tanto de mis movidas y claro, también estarán los que de una u otra forma, fueron amantes de las músicas de Opus Alfa y Días de Blues.
Encontré tanto respeto hacia mi persona en esta venida, que estoy casi seguro que sabrán disfrutar de esta nueva propuesta.
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Carlos Bassi