SieteNotas

Martín Buscaglia, Ciber hippie

16/9/2000

Viaje y amor y verdad y compartir y dar... Fiel a sí mismo, Martín Buscaglia presenta su nuevo disco: Martín Buscaglia Plácido Domingo; presenta su música, desnuda su vida.

dada

- Eso de que mis viejos sean músicos hacía de que sus amigos, muchos amigos, también fueran músicos. Al estar rodeado siempre de eso, como que nunca tuve un momento de descubrir la música como algo diferente que me venía a cambiar todo, si no que siempre estuvo integrada. O sea, compongo canciones desde que soy chiquito, jugando, sin saber tocar ni siquiera. Supongo que debe de ser como las familias en que los padres son médicos.

- ¿Era imposible no ser músico?

- No, no, no. Creo que lo que era imposible era no sentir ese poder que tiene la música, que es increíble, que es mágico; a lo mejor salía para otro lado. Cuando era chico yo quería escribir más que tocar, eso era lo que me enroscaba. Pero lo que me parece que era imposible era no sentirla así por todo el entorno ¿no? Yo tengo un recuerdo super fuerte de mis viejos haciendo temas con sus amigos hasta tarde, quedándose hasta las cinco de la mañana y yo chiquito quedándome sin entender mucho pero sintiendo nada más que había una energía ahí que estaba buenísima. Y después de grande, yo por ejemplo, muchos temas que hago los hago con otra gente: uno tira una frase y entra... y me parece que eso tiene que ver con esa infancia, con esos recuerdos de que era un momento super importante y placentero.

- Te marcó y aprendiste pila.

- Totalmente. Y sin quererlo también ¿no?, o sea, sin estar estudiándolos. Pero claro, siempre estaban tocando, siempre estaban componiendo o proyectando cosas o divagando nada más.

Cuando era chico estaba más expandido, ahora también lo hago para muchos lados, o sea, hacía temas, escribía, tenía una murga en el barrio, tenía un diario en la escuela, un diario surrealista de humor onda dada... Todo eso era por todo ese ambiente de creación que había alrededor, que decía: "¡loco!", era como natural. No fue que un día escuché a los Rolling Stones y dije: "¡Ah, el rocanrol...!", ¿entendés?, fue como natural siempre. Eso mezclado con las cosas... tampoco es que estaba en un mundo... no era un circo, no era que vivía en un circo, tampoco alejado; tenía ese lado pero tenía fútbol, me pasaba jugando al fútbol, no era que sólo: ¡Ah, la música!

- Y musicalmente fuiste creciendo.

- Hay va. Zeppelin y Jethro Tull fue la música que primero me pegó, mezclado con la que me llegaba sin que yo me diera tanta cuenta, onda Mateo, Pippo (Spera), Urbano (Moraes), todos esos... pero eran amigos, era como el Tío no sé qué que hace canciones, entonces eso siempre estuvo por dentro ¿no? Brasil también, en la familia se curtía mucho Caetano (Veloso), Milton (Nascimento)... Después, por hacerte un caminito, momentos así fuertes, bueno los Beatles, obvio ¿no?, siempre, siempre presente, aún ahora, hace poco estuvimos escuchando el Album Blanco y es increíble, es un viaje, es mortal poder poner un disco y sentarte a oírlo como si fuera no sé, mirar un cuadro no sólo como pasatiempo; tiene un poder ahí, un montón de información de cosas. Y tá, después seguí sumando bandas... cuando empecé a tocar, ya más en el liceo, la banda que me marcó pila fueron los Clash, y aún ahora, me parece que es una banda a la que no le dan tanta importancia por reunirla tanto a la cosa punk y todo eso, y no, los Clash tenían la cabeza punkie pero después musicalmente era un viaje, era ¡alucinante! Bueno, esas son cosas que me marcaron mucho y yo creo que todavía siguen estando.

- ¿Aparecen en tu música?

- Claro, claro. Después lo que pasa que uno dice influencias o no sé qué y no es esperar u oír exactamente ¿no?

- Es una mezcla de todo que después vas...

- Claro y vos lo filtrás por lo que vos mismo sos y lo unís a todo lo que te pasa...

- Y sale algo.

- Y sale algo.

- Sos amplio.

- Sí, sí, totalmente. Me parece que la música es para eso, es como cualquier otra cosa en la vida, no solamente el arte. O sea, podés ir a ver una obra de teatro under re violenta y que esté buenísima y podés ir a ver teatro clásico y que esté buenísimo también. Es lo que se dice siempre pero que es verdad: está bueno o no, música buena o mala. Entonces tá, como que en momentos aparecieron cosas que me fueron haciendo la cabeza, pero nunca fue: "Ah, escucho sólo bossa nova, entonces no escucho metal". No.

cousteau

- ¿Entonces te fuiste decidiendo definitivamente por la música porque era lo que más te atraía?

- Hay va, totalmente. Y la canción aparte es una cosa que me... bueno, hay varios momentos ¿no?, componer una canción es un momento increíble.

- ¿Por qué?

- Es como... este... es un momento místico; claro, es hippie pero es así, es un momento comparable no sé, a hacer el amor con alguien, más allá ¿viste?, tomar una droga, algo... Y bueno, y al ir descubriendo eso, al ir viviendo esos momentos, yo que divagaba haciendo temas en cierto momento, empezaron a salir más no sé, se fue acomodando toda esa información y empezó a salir una cosa más mía donde yo me sentía más reflejado, y era increíble. Yo decía: "Tá, esto es lo que tengo que hacer".

- Expresarte a través de la música.

- Sí, totalmente, sí.

- ¿Y encontrabas lo que decir?

- Claro, claro. Por toda esa amalgama de cosas; es un punto de unión con los amigos también, o sea, el hacer un tema con alguien por ejemplo es un comunión increíble.

- Te gusta mucho compartir.

- Sí, muchísimo, muchísimo. Tengo temas solos también, pero todo, todo, me interesa todo. Me interesa mucho el lado poético también, muchísimo, de las letras; las palabras me parecen que tienen terrible poder... Bueno, es lo que te decía, yo quería escribir siempre, y leer es lo que más hago, capáz que la misma cantidad de tiempo que le dedico a la música se la dedico a leer, a curtir escritores nuevos o escritores viejos que no conocía y buscar... me parece que también son influencias ¿no?, todo, ves una película y eso también te pega para hacer un tema.

- ¿Costó sacar eso que tenías para decir?

- Claro, cuesta, totalmente. Hay un tema ahora en el disco nuevo que dice: "Yo que nada soy de Cousteau, sabés como me costó, sacar la perla de la ostra sirena...". O sea, es medio eso, es... claro, y me sigue costando, es un viaje porque también uno... nunca te quedás quieto ¿no?, nunca sos el mismo, de última vas acumulando cosas y dejando cosas atrás, entonces constantemente estás buscando nuevas formas de mostrar lo que vos sos. Y mostrarlo para mí también. Como que siempre estuvo muy vinculado a la cosa afectiva, como de... todo eso de familiar, de amigos, como que yo siento que hago los temas y la música para mis amigos y para la gente que podría ser amiga mía, que no la conozco todavía o no sé qué, pero es bien por ahí, sale por ahí, y ponerme a mí es una necesidad también ¿no?; sacar para afuera. La canción aparte es una cosa increíble: te la llevás contigo, es nada pero te la podés llevar, la podés transformar, le cambiás una palabra, entendiste mal una palabra y la cambiaste y significó otra cosa para vos, o sea, me parece que está buenísimo.

- Lo importante siempre es comunicar o expresar.

- Claro, y me parece que lo más importante es que sea verdad, que lo que hagas sea verdad, es lo más importante que lo que digas y lo que hagas ¿no? Yo busco eso, cuando digo algo es la verdad, no estoy divagando ni haciéndome pasar por otro, y cuando toco también, tengo que estar enroscado con eso, sentir algo, que está pasando algo ahí, no sólo: "Ah, hice un rocanrol porque...".

chingui-chungui

- Teniendo en cuenta lo que hacés en Cantacuentos, ¿es distinto componer para niños que para "grandes"?

- En eso yo empecé a laburar de chico, tenía dieciseis años y ahora tengo veintisiete, empecé a laburar en Jardines y animando cumpleaños. Hice mil cosas con niños: teatro, mojo; y me parece un lado que probablemente también tenga que ver con toda esa infancia de mi vida. Me interesa mucho por un lado con la música el poder expandirme, o sea, ahora estoy con La Celestina, una obra de teatro en la Sala Verdi que es medio clásico, ahí toco en vivo música instrumental con una viola estilo medio juglaresco, medio raro, o sea, como que me interesa también...

- Moverte con amplitud.

- Claro, hay va, exactamente. Entonces, con los niños también me pasa eso, que me parece buenísimo, a mí me sirve, me hace bien poder hacer un tema no sé qué y otro para los guachos.

- ¿Qué te atrae de los niños?

- Una cosa que me atrae mucho de ellos es primero, el potencial que ellos tienen, que son unos cracks, andan muy claros, potencialmente andan muy claros. Y también me gusta asumir un poco como de responsabilidad onda: generaciones nuevas ¿viste? Ante tanta mierda que les dan yo lo siento medio así; no sólo yo ¿no?, hablo más de los Cantacuentos, porque es un viaje que lo hago compartido con otra gente. Eso, abrirles el chorro para otros lados más poderosos y más sanos y más reales y más necesarios que todo lo otro.

- Y más nuestros.

- Claro, totalmente. Y más de imaginación y espirituales también ¿viste?, locura, le damos... es psicodélico el show que tenemos con los Cantacuentos. Eso está buenísimo, me hace bien hacerlo, ellos se re copan y me parece que está bueno que las generaciones nuevas vean ese lado también y no sólo el lado más yuyesco, más sólo agite, que está todo bien también, pero no es sólo eso, no. Nosotros, por ejemplo, con los Cantacuentos ponemos una energía similar a la que se pone en vivo para gente grande. Es lo mismo, tiene que ser verdad, no es un curro, no es: "Ah, vamos a hacer música para niños porque es más fácil o porque no sé qué". No, el planteo es: "Vamos a hacer música para niños y vamos a meternos en este mundo a ver cómo hacerles la cabeza y cómo nosotros también delirar con esto ¿viste?". Proponer, buscar formas nuevas, no hacer chingui-chungui y que agiten y ganar plata.

plácido domingo

- Saqué un disco en el ´96 (Llevenlé), que lo quiero pila y que muestra lo que yo era hasta ahí, hasta ese momento; o sea, el disco plasmó, salió cuando yo tenía veintidos años. Ahora soy otra cosa. Tengo todo eso, sigo siendo yo pero no sigo siendo el mismo, no sé, todo eso. Y este disco me parece que muestra eso, lo que estoy haciendo, todo lo que ha sucedido hasta ahora.

- ¿Musicalmente?

- Musicalmente el otro disco era un disco de playa, yo lo sentía muy playero, muy... no sé, era más hippie ¿viste?, este nuevo es más ciber hippie (risas), hay cosas... este es más triposo y el otro es más porrero ponele, por ponerle situaciones así. Y a la vez el otro era más... es eso, es de playa y este es de viaje, una cosa que me seduce mucho, que tiene que ver con todo eso de no quedarse quieto. Y todo es viajar, moverme, siempre que puedo lo hago, por una cosa mía, o sea, he tocado afuera en playas divagando pero no es por eso que lo hago, sino porque es como el viaje interno y eso es una forma que me ayuda a hacerlo. El viaje para adentro es salir, entonces claro, tiene un lado... es más oscuro que el otro este disco. El otro disco era... es eso, playa, sol, anaranjado, para afuera y chau, disfrutemos de la vida. Este es así pero tiene un lado más...

- Los veintisiete son distintos a los veintidos...

- Y claro, es exactamente eso. Y después musicalmente también, el otro disco fue grabado en condiciones super entretenidas pero muy diferentes a estas. Fue arreglado en el estudio, con re pocas horas -setenta horas de grabación-, grabamos quince temas; fue como un juego el otro disco y este tuvo todo una etapa de pre producción que la hicimos con Montemurro, que toca en la banda y que es muy amigo. Todo eso es importante, no sólo que el loco sepa sino que me conoce mucho. Entonces, primero hicimos toda una historia en la casa de él. Antes de hacer el disco nos fuimos juntos de viaje , o sea que hablábamos todo el tiempo de eso, o sea que cuando llegamos al estudio ya teníamos super claro qué sonidos queríamos para cada cosa, que en el otro disco fue un juego, que por eso mismo el otro disco tiene todo un lado de frescura y de espontaneidad porque es real, todo divagues ahí, este es más cool (risas).

- ¿Quiénes te acompañan?

- Básicamente toca Martín Ibarburu la batería, Montemurro toca piano y acordeón, o sea, el sonido medio así, analógico, viejo; yo toco viola eléctrica, acústicas y algunos bajos y Andrés Ibarburu toca el bajo. Morón también toca el trombón.

- Se podría decir que está enchufado...

- Está enchufado, está enchufado, totalmente. Hay algunos invitados, que está buenísimo, siempre, desde amigos como Brown que hace más cosas, Nico Ibarburu que canta en un tema, toca Hugo (Fattoruso), toca Leo Maslíah, eso está bueno...

- Lindos nenes...

- Sí, sí, toda gente que yo admiro ¿no?, no es por poner a uno conocido sino porque es gente que me muero con lo que hace.

- Gente que sumó.

- Claro, claro, hay va, decir: "loco, acá estaría buenísimo que tocara el piano Leo Maslíah" para mí es honor y placer. Es el disco que yo quería hacer. Eso está bueno. El otro disco era el que yo quería hacer pero también podría haber hecho cinco discos. Era también por la edad y por el momento, es una explosión ¿viste?, metí quince temas y tenía más todavía y este es más medido, son diez temas nada más.

- ¿Podemos hablar de canciones, de un concepto...?

- De canciones, sí, claro, totalmente. El sonido tiene que ver con todo. Es de ahora pero es viejo también, tiene cuerdas; por ejemplo, yo toco viola eléctrica... esos son algunos cambios en el sonido. Ultimamente, siempre no, me interesa mucho el estilo por ejemplo de Tom Waits, el loco tiene todo un concepto sonoro que me interesa mucho; cómo tocar, no sólo tener el sonido más cheto ni tocarse todo, si no buscar belleza o cosas en lugares no tan obvios.

- No tan trillados.

- Hay va. Entonces tiene máquinas pero con unas violas acústicas arriba, como el tercer mundo en el 2010.

- ¿De qué hablan las letras?

- Y las letras hablan de viaje. De viaje. Me parece que eso es una cosa que... muchísimos temas fueron hechos afuera o viajando o con referencia a cosas así que no fue un plan.

- ¿Representan tu mundo?

- Sí, claro, y las cosas que te van sucediendo. Tienen que ver mucho con el viaje. Otro tema me parece que es el tema de la verdad, que ya lo hablamos un poquito, eso me parece que está en las letras.

- ¿Tanto te importa el tema de la verdad?

- Sí, totalmente.

- ¿Te han mentido muchas veces?

- No, no, no en un plano... también me serví de ese plano, pero más con la vida, en la vida y de el dar. Ese es otro tema que está en el disco que va unido al de la verdad. El dar me parece que es lo mejor que hay. Entregar, que es lo que hacemos nosotros tocando... pero igual, en tu vida, el día a día es lo que vale, todo eso, lo que das es lo que recibís, todo eso es todo verdad ¿viste? y me parece que falta un poco eso en... o sea, mi visión así, de la humanidad y todo eso, es media pa´bajo, veo que es un bardo, medio decadente.

- Y te preocupa.

- Totalmente. Tampoco es que las letras hablen de eso, porque tampoco me voy a poner a filosofar, todos podemos filosofar, entonces hablo de lo que me pintó cuando di con ese tema; y amor y viaje. Pero me parece que eso, que sobra mucho... el mundo está mal, está mal organizado todo, mucho ego el hombre y poca bondad, poco dar y ¿no? fluir más, entonces esos me parecen que son temas que están en el disco, es el dar y la verdad y lo sano que es eso.

- Un caminito más que das a los que te escuchen.

- Hay va, claro, más información. Y también creo que nosotros igual; por ejemplo, cuando salió el otro disco y seguimos tocando siempre seguimos avanzando, nunca fue tocar ese disco igual, entonces hay todo un proceso que los que nos van a ver capáz que se van a sorprender menos de este disco que los que lo escuchen solamente habiendo escuchado el otro y nunca habiendo visto nada, porque ahí se nota más el cambio, pero en realidad es todo un proceso.

- Producido por Zapatito Records.

- Hay va. La producción musical y eso la hizo el Monte (Murro). Yo hice los arreglos con él y con los que compusieron los temas, con los músicos. Pero él estuvo ahí, controlando la calidad que el loco maneja, porque es como un traductor que tenés que tener. Me interesa estar en todo lo que tenga ganas. Estuve en el arte metido porque es un lado que me interesa mucho cuidarlo, y que sea fiel también, que sea reflejo de lo que es, y eso está bueno, el compartir con otros artistas me parece una cosa buenísima. En el arte, por ejemplo, la fotos las sacó Laura Cánepa y hay unos collages que hizo Daniel Umpiérrez que son dos artistas que la gastan. Me interesa mucho el intercambio con otras ramas o con las mismas, en el caso del Monte con otras, el lado: "Ah, yo te doy esto y vos ves a ver qué te parece y cómo lo transformamos".

Y la producción general es sí de Zapatito, lo cual está buenísimo también que Rada, que es un capo, dé una mano, que el loco se enrosque. Nosotros en un principio íbamos a hacer el disco independiente, un día ya estábamos haciendo cosas y llamó Rada a decir: "Bo, mojo", y está buenísimo. Rada canta en el disco también pero... tranquilo, o sea, coritos, nunca es como: "Ah, miren que ahora canta Rada".

- El disco se llama Plácido Domingo, ¿por qué?

- Tienen que ver muchos lados. Un lado es porque me hace gracia también que diga Martín Buscaglia Plácido Domingo, como si fuera un dúo; capáz que la gente lo compra...

- ¿Cierta ironía?

- Hay va, claro, eso siempre ¿no?, siempre está presente en todo, como que todo tiene muchos... hay una letra que dice: "Todo lo que digo tiene cinco sentidos o seis". Me parece que eso tiene que ver con todo, con la música y con las palabras que usamos, como que significa muchas cosas y hasta el sexto sentido ese. También tiene un lado que no lo podés explicar y que está presente, ese lado espiritual, místico, no sé qué, y también es que entre el otro disco y este fueron temas hechos como en un gran sábado, por todo eso de que fueron hechos en un viaje, de viaje en situaciones de intensidad, fue como una gran fiebre de sábado; entonces, ahora que las pongo en un disco y sigo adelante, llega el domingo en que me relajo y muestro todo lo que sucedió en ese sábado.

Carlos Bassi

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