Cuando era chico recuerdo que mi padre decía que los Shakers eran tan buenos como los Beatles pero como eran uruguayos nunca tendrían el reconocimiento de los de Liverpool. Confieso que siempre me pareció un tanto exagerada la comparación aunque es cierto, todavía sigue habiendo gente que confunde sus canciones con las de los fab four.

Por esas coincidencias, volviendo de Montevideo me crucé con Astroboy y tuve la misma sensación que a la noche, cuando los vi sobre el escenario: here, there and everywhere. Astroboy puede ser de acá, de allá o de cualquier parte, y la verdad, a esta altura, eso puede importar solo por cuestiones meramente extramusicales.

El compromiso que los trajo esta vez, fue una nueva presentación en el ciclo que el sello Ultrapop (que los edita en Argentina) organiza en Unione e Benevolenza, un tradicional salón del centro de la ciudad conocido también como el sótano. Por allí pasa cada semana el under más prometedor que se hace por estas costas, o al menos el que despierta los mejores elogios de la crítica.

Poca gente y mesas, no le daban a la velada un clima demasiado efervescente. Sin embargo, luego de los locales Austral, los niños astro salieron al ruedo como si enfrente tuvieran el estadio Wembley repleto de fanáticos. 100 por ciento actitud Gallagher brothers. Ante la atenta mirada de Mariano Esain, productor de Automática, repasaron en 12 impecables actos, cada una de las páginas del manual de rock brit / garagero. Composiciones de una arquitectura netamente guitarrera por momentos sanguíneas, en otros sutiles pero siempre con un claro sentido orgánico de banda. Astroboy se defiende con buenas canciones. En inglés o en español, sus melodías resultan difíciles de despegar del oído una vez escuchadas.

De eso se trata en definitiva este juego. Pasan las modas, pasan los artistas y quedan las canciones. A propósito, ¿de quien era “break it all”?

Daniel Hofer