LA TABARÉ TAMBIÉN EXISTE
Que revienten los artistas es un disco callejero, tragicómico, de broncas y resignación, burlón, cabaretero, cantado a dos voces y con una banda que soporta sin despeinarse, y en respetuoso segundo plano, la obra que se desarrolla sobre las tablas de un teatro o de un boliche imaginario. Hablamos con Tabaré Rivero.
¿Llevás la cuenta de la cantidad de canciones que has escrito?
Bueno, grabadas y editadas en disco, hay más de 130 canciones que son sólo de mi autoría, pero también tengo algunas más que hice en colaboración con otros músicos o letristas… y luego están esas que tengo guardadas en casetes, compuestas antes de La Tabaré.
¿En qué momentos y en qué lugares aparece la inspiración?
Nunca me agarra trabajando… llega quizá cuando estoy holgazaneando, paseando, jugando o despertando de una siesta… Si tengo lápiz y papel o una PC donde grabarla, entonces la idea se salva, si no, ¡chau!
¿Importa repetirse o no es tan grave?
Depende. Creo que uno tiene derecho a volverse a citar a sí mismo. O uno puede componer la parte dos o tres de una canción anterior… Lo que sí creo que es más grave, cuando eso se hace para volver a repetir un éxito. Me acuerdo que cuando era adolescente, había un grupo llamado La Joven Guardia que grabó primero una canción muy linda: El extraño de pelo largo, y como tuvieron mucho éxito con esa canción, luego sacaron a la venta La extraña de las botas rosas y eso sí, fue muy criticado, ya que artísticamente no aportaba nada.
Yo me eduqué y crecí con esa idea. Lamentablemente hoy por hoy algo así no sería tan criticado, ya que no hay tanto rigor con aquel que pone en la misma balanza el arte y el vil metal…
¿Por qué Que revienten los artistas?
Me gustó cuando leí que Tadeuz Kantor dijo que: “…Los verdaderos artistas revientan siempre. Muchos se han suicidado porque no soportaban el mundo exterior. En mi concepto del arte, los artistas deben morir porque la creación debe suponer la descomposición del individuo, pero hay demasiados artistas oficiales cercanos al poder…”.
Luego puede haber también otras interpretaciones… por ejemplo, que en nuestro país el artista no existe. Si, por ejemplo, vas a Buenos Aires, verás en las esquinas placas recordatorias de sus artistas, muchos nombres de calles llevan el de sus artistas y hasta los bares están llenos de fotos de sus propios artistas, en cambio acá en Uruguay, los artistas… ¡que revienten!
¿Hay reconocimiento a Lazaroff, o al Sabalero, o incluso al mismísimo Zitarrosa? Es ínfimo comparado con las avenidas Gutiérrez Ruiz, Aquiles Lanza o el Agrimensor Germán Barbato, etc.
Escuchando las letras y músicas, suena a un disco callejero, con un hilo conductor y teatral, tragicómico, de broncas y resignación, burlón, cabaretero. ¿Es así?
Sí. Es exactamente así. Me gustan tus definiciones porque justamente se trata de todo eso que enumerás. Quizá no estoy tan seguro si hay en él ‘resignación’, aunque quizá también a pesar mío, aflore de él esa sensación que creo que no es igual que ‘conformismo’, sino aceptar donde estamos parados para seguir denunciándolo, combatiéndolo…
Como sugieren las canciones De licencia y Tuercas nada más, ¿hemos caído en la trampa y vamos felices, como reses, al matadero?
Yo no soy quién para decir que los demás cayeron en la trampa. En todo caso hablo de mi mismo y si voy al matadero, no voy nada feliz… y como dije anteriormente, tampoco voy resignado. Voy a los gritos, furioso y a las puteadas. Aunque claro está, me burlo de mí mismo. ¿Cómo no hacerlo? ...Sería muy hipócrita de mi parte seguir sosteniendo que ‘rebeldía todo el día sigue siendo rocanrol…’.
En Girando la rueda aparecen referencias al irreal El Resorte de Juceca y al desparecido Tupinambá, describiendo la rutina y a los personajes que entraban para charlar, divagar o filosofar. ¿El boliche es para vos esa isla para náufragos y donde te mantenés a salvo?
Sí, el boliche puede ser una especie de templo, de escuela, de parque de diversiones, es justamente un lugar irreal como El Resorte y casi desaparecido como el Tupinambá y todos los bares que había en Montevideo en cada esquina y que ahora fueron extintos, suplantados por casas de Cambio… En los boliches se intercambian miradas, voces con versos poéticos, opiniones políticas, mentiras o promesas de amor, se hacen tratos sin contratos, la gente se abraza…
También hay canciones de nueve minutos (El último verano) y recitados (Enamorarse tanto y Se T.V. fea). ¿En qué otras cosas La Tabaré es “sapo de otro pozo”?
Nunca hicimos esfuerzo por parecer ‘sapos de otro pozo’. Si lo somos es casual o causal, pero no estratégico. Una banda de rock que no quiere ser de rock, la primera banda de la movida post dictadura que siempre tuvo una mujer al frente aún cuando eso no estaba para nada aceptado, que interpretó en sus discos canciones en formato acústico cuando eso era impensable en plena movida punk, y que fue la primera banda en mezclar rock con murga (o Antimurga BCG en el año ’88); la primera en invitar a cantar a colegas en vivo y en sus discos, la primera en hacer discos conceptuales y operetas teatrales.
Incluso una banda que decidió dar un paso al costado, justo en el año 2001, cuando el rock estaba pasando su momento de mayor publicidad y convocatoria de público y convertirse en “milongón banda” bajo riesgo de perder mucho público…
Una banda que siempre tuvo en sus filas actrices y buenos músicos, que siempre hizo recitales mezclando poesía con danza, actores profesionales, títeres, magos, acróbatas… que fueron los primeros en mezclar rock con bandoneones o con ritmos criollos folclóricos.
¡Ufff!... fuimos los primeros en hacer tantas (grandes y pequeñas) cosas fuera de lo ‘normal’ que daría para escribir mucho, muchísimo más… Y siempre con una muy buena cantidad de público, que entendió la diferencia.
Como dice la canción Aquel cuplé, ¿“Es hora de entonar la retirada”? ¿O queda mucha música por dar?
Ahí me refiero a la retirada de la vida… así que honestamente, espero que me quede mucho para dar todavía. Por lo pronto componer, actuar, hacer música, es lo que más me gusta y sacar un disco nuevo, me hace sentir la misma ilusión que cuando empecé, hace 29 años…
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+ Qué revienten los artistas en Datos:
Producción artística: a cargo de Alejandro Ferradás
Ingeniero de sonido/productor: Daniel Báez
Grabado en: Vivace Music y dB estudio
Mezclado y masterizado en: dB estudio
Fotografía de: A. Pesichetti.
Contó con la participación especial de: Alejandra Wolff, Alejandro Ferradás, Sergio Astengo, Adrián Bogarelli y los actores de la Comedia Nacional: Isabel Legarra, Andrea Davidovics, Jimena Pérez, Jorge Bolani, Luis Martínez y Leandro Íbero Núñez.
La Tabaré es: Tabaré Rivero, Lucía Trentini, Andrés Burgui, Martín García, Leo Lacava y Enzo Spadoni.
Carlos Bassi