SieteNotas

Buitres en La Factoría

21/7/2001

Juventud divino tesoro

Alguna vez Keith Richards dijo que el rock and roll tiene más de 50 años pero nadie se anima a ponerle los pantalones largos. De alguna manera Los Buitres cumplen con esta frase. Con más de una década de trayectoria mantienen esa juventud en su música y en su público; así que no es de sorprender que el promedio de edad de las personas que fueron a ver a la banda el pasado sábado 4 de agosto a La Factoría sea de 17 a 20 años. Obviamente que había gente más grande, pero era la minoría. Lo que sí es de sorprender es que no hayan podido llenar el local a la hora del concierto, de todas maneras las cosas se fueron dando de menos a más. De menos: la espera de una hora y media para el comienzo del recital. De más: la potencia y agresividad, sin perder nunca la prolijidad con la que sonó el grupo.

Cuando faltaban 20 minutos para la medianoche y después de haber escuchado mil veces el mismo chiste (estos tipos tocan después de la una), Peluffo, Parodi, Rambao y Villar subieron al escenario y con Al salir el sol, del disco La Bruja, dieron el puntapié inicial. Un comienzo tranquilo, sin pogo. Después sí: a cantar, a gritar, a poguear y a saltar con Te llevo en el sentimiento y Lucas Terry. Luego llegó el momento de presentar los temas del próximo disco: el primero Buena Suerte. De ahí en adelante el concierto empezó a tomar color poco a poco; Todos Borrachos, El baile del caballo, Afuera la lluvia, El Cazador y Cada vez te quiero más completaron la primera parte del toque. Un descansito chico, de algunos minutos, y nuevamente a la cancha. Abren la segunda parte con Tan Lejos, tema del próximo disco y la cosa se pone cada vez mejor: hacen Del Cardal, el clásico tema de Eustaquio Sosa (introducción incluida) y tocan lo que probablemente sea el futuro éxito de los Buitres: No voy a morir. Le siguen los clásicos No es una pena y Azul, Frío Oscuro pone la cuota Estómagos y cierran con Ojos Rojos, Corre mono corre y No te puedo matar; es el mejor momento del recital, el público y el grupo parece ser una sola cosa: eso que comúnmente se llama un sentimiento. Otro descansito y comienza a sonar Calaveratur, luego El deseo, La copa y Setenta puñales. Ultimo descanso, esta vez el más largo, y salen para el bis: Avril (segunda cuota Estómagos), La plegaria del cuchillo y Sangre, Babas y Terror. Ya está, fin del concierto. Me da la sensación de que terminó en el mejor momento, que daba para seguir un poco más. No pudo ser, será la próxima.

Nicolás Hidalgo

Comentarios
13/5/2005 | karina borges
hola buitres yo estuve ahí y puedo garantizar que fue todo un espectáculo.aguante buitres por siempre y mucho más.espero que me contesten algo;gracias los quiero un montón.ok!!bye
6/10/2004 | Mario
imponente es impresionante
mandenme algo ta chauu
14/1/2002 | Laura Landa
Buitres Después de la Una en El Abaco, Araminda
Fue un recital con la fuerza tradicional de BDDL1, pero con la intimidad que sólo las estrellas de Araminda pueden brindar.
La banda salió para hacer lo que mejor sabe, lograr el delirio del público con el mejor rock de cada uno de sus discos.
La voz de Peluffo deseó "Buena suerte" para todos con el corte difusión de su último disco. Uno a uno fueron pasando las canciones más representativas de la banda, 70 puñales, No te puedo matar, Todos Borrachos, el Baile del Caballo, Calaveratur, Afuera la lluvia, Azul. La banda sonó como en los discos, si uno cerraba los ojos, podía estar escuchando el disco grabado en el concierto de los 10 años. Pero los abría y estaban ahí, a poquitos metros de distancia.
Avril, el tema más solicitado por los locales fue el punto más fuerte, junto con Cambalache, que fue cantado a capela por el público, cuando los músicos se demoraban en retornar tras el tercer bis.
Hacía tiempo que no veía a los Buitres en vivo y me quedé con la sensación de que el tiempo ha sido bien aprovechado por ellos. Están maduros, disfrutan de la plenitud, conocen a su público y logran contagiarlos con su energía, que es distinta a la de sus comienzos, menos rebelde, pero más sólida.
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