Bien a lo beatle: multitudes de cerquillos femeninos acaparaban las primeras filas y la histeria fanática -rara en el público del rock nacional- llegó a “nivel de desmayo”. Más de 400 personas colmaron la capacidad del lugar y a pesar del calor sofocante Astroboy respondió con uno de sus mejores shows.
Cinco músicos que suenan a banda pero se ven como si cada uno fuera la banda. Una puesta en escena espontánea y fresca, que se vuelca al desorden espacial y al descontrol temporal.
Ensimismados en sus instrumentos Martín Rivero (vocales), Leandro Boné (guitarra), Franciso Risso (guitarra), Javier Vaz Martins (bajo) y Pablo Fiallo (batería) vuelan en un único cielo girando alrededor de órbitas propias.
Y lo hacen con canciones precisas y arreglos al detalle; con perfección poco virtuosa que contagia desde el ritmo y la melodía de la voz.
Astroboy despega desde un estilo crudo y garagero. En “Automática”, su nuevo trabajo, la canción adquiere mayor textura y la melodía se vuelve más pop. Todo esto evocando las influencias del rock sajón de los años ‘60 y agregándole una impronta que cada vez resulta más personal.
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"...soy apenas un inadaptado. Ser un revolucionario es mucho más que eso, es hacer que la rabia sirva de energía positiva para cambiar las cosas. Yo canto y nada más".
Tabaré Rivero (La Tabaré), 23/10/2002