5 DE NOVIEMBRE - 21 HS - TEATRO SOLÍS
Entradas a la venta en Red UTS y boletería del teatro.
Que revienten!
"Un concierto de danza, una obra escénica de rock"
Siete bailarines dirigidos por Martín Inthamoussú se encontrarán con La Tabaré en escena para interpretar un repertorio que abarca canciones de "Que Revienten los Artistas" junto a esas canciones del grupo que ya hace casi 30 años son parte de nuestras vidas.
Entradas a la venta por Red UTS y en boletería del Teatro Solís.
Concepto: Martín Inthamoussú & Tabaré Rivero
Breve comentario de la obra: "La finalidad es crear en el escenario no una ilusión (lejana, sin peligro) sino una realidad tan concreta como la sala. El drama no tiene que pasar en el escenario, sino suceder, desarrollarse ante los ojos del espectador. El drama es un devenir. Hay que crear la ilusión de que el desarrollo de los acontecimientos es espontáneo e imprevisible" (Tadeusz Kantor).
Esta nueva creación de Rivero e Inthamoussú pretende llevar adelante un espectáculo que investigue los límites del cuerpo del intérprete. Hasta donde se tiene energía y potencia en el trabajo físico de un bailarín. Cual es el límite corporal de un músico en escena.
Coreográficamente se trabajará con la limitación y se intentará ir mas allá exponiendo a los bailarines a una situación extrema que potencie sus virtudes pero que deje a la vista las debilidades que lo hacen humanos.
La música del nuevo disco de La Tabaré será interpretada en escena dándole así el mejor marco posible para su puesta.
Esta pieza tiene origen entonces en la emoción y la adrenalina escénica de la danza y la música en vivo.
Aún más: en especial en esta obra, el proceso se sitúa por encima y por delante de la acción. Basta recordar las palabras recogidas por el diario El País (05 /03 / 1986) en boca de Kantor: «En el teatro tenemos que buscar las obras, la escena, pero no se dan cuenta de que el teatro es la obra de arte única para todo el teatro, para toda la vida. La obra de arte debe construirse». En efecto, la investigación en esta pieza se reivindica como proceso inacabado, construcción mental dubitativa que incide, más que en el signo, en la huella. Cuerpos exhaustos que producen en cada pieza una experiencia emotiva nueva y potente. Al igual que en en el teatro de Kantor, el cuerpo como objeto real, físico, artificial, irracional, encontrado, construido, perturbado o interpretado es sometido a una acción, a un procedimiento frente al público, por un sujeto (su manipulador) que a su vez pasa a ser objeto de manipulación.
El arte no sólo produce conocimiento sino que la manera en que se produce su puesta en escena nos remite a un modo de entender la vida, el mundo y nosotros mismo.
En este espectáculo cada función será nueva, cada momento será vivido como el primero y morirá el día en que nace. Adrenalina y mucho vértigo en la creación y reconocimiento de lo efímero de la escena.