"Creo que los cinco o seis alumnos más geniales que pasaron por mi casa no fueron músicos. Porque no tenían la glándula tenaz, y eso es muy importante. No alcanza con el talento, es fundamental cuando se aúnan esas dos cosas: el talento y el amor propio de querer ir más adelante, de mejorar y ser perseverante. No solamente en la formación de uno sino también en el `sutil arte de la autopromoción´, como decía Jaime (Roos)".
Esteban Klísich, 7/9/2004