SieteNotas

Jorge Barral y Hugo Fattoruso, mano a mano

4/2/2006

Disociar la vida de cada uno del barrio y sus rincones, de la barra de amigos, sus juegos y primeras locuras, es para todos prácticamente imposible ¿verdad? Pues bien, en esta primera ocasión y como ejemplo de que lo es, Hugo Fattoruso y Jorge “Flaco” Barral, con diferente estilo pero con alguna coincidencia, se animan a contar, dejando ver otra cara del artista, sus pequeñas historias de infancia y juventud.

¿De qué barrio sos?

Fattoruso:
La Comercial.

Barral: Da la casualidad que la calle donde vivía, Cuaró, es frontera entre “La Aguada” y “El Prado”. Mi casa estaba en la acera que pertenecía al barrio de La Aguada, aunque no sé por qué, siempre mi vida estuvo ligada al Prado. Mi escuela, “José Pedro Varela”, mi liceo “Bauzá”, y la mayor parte de amigos, vivían en El Prado, por lo que creo que realmente fui del Prado.

De niño jugabas a…

Fattoruso:
Mecánico.

Barral: Mmmmm, a muchas cosas, fútbol y deportes en general, las bolitas, juegos de entretenimiento como las damas, el dominó, el mecano, indios y vaqueros, mucha bicicleta y la gran pasión de cazar bichos, que más tarde me llevaría a comenzar la carrera de Entomología y Taxidermia, truncada a mitad de camino por la música.

¿Goleador o golero?

Fattoruso:
Pata dura horrible para la guinda...

Barral: Algunas veces jugué de golero, pero fui más goleador; bueno, lo intentaba, jajajaja.

¿Muchas peleas?

Fattoruso:
Ninguna!

Barral: No, la primera....... a los 22 años. En ese entonces yo estaba en el grupo The Walkers y tocaba la guitarra. Después de unas cuantas diferencias decidimos disolver el grupo. En el momento que el bajista se enteró, me llamó al teléfono, me dijo que me quería ver y cuando nos encontramos, sin decir nada, comencé a recibir una andanada de puñetazos......... yo no respondí a sus golpes..... quizás porque siempre le he dado una oportunidad al diálogo, a la paz.

De grande, ¿querías ser un superhéroe?

Fattoruso:
???

Barral: No, jamás me interesó, pienso que realmente el que es un superhéroe, es el que a través de los años y hasta su último suspiro, sabe vivir con dignidad, buscando el lado positivo de las cosas.

¿Te tocó cacerolear?

Fattoruso:
Una vez (viví fuera del Uruguay en épocas de mayor caceroleos).

Barral: No, ya vivía en España cuando eso.

¿Hacían corso en el barrio o había tablado? ¿Qué recordás?

Fattoruso:
Corsos y tablados, en los que tocábamos con Trío Fattoruso... otra época y era más romántica...

Barral: Sí, había tablado, en la calle Boulevard Artigas esquina Cuaró y también un poco más lejos en Venancio Benavides y se hacían corsos, batallas de agua, etc. Recuerdo que una noche, en el tablado de Boulevard Artigas, tuve el hermoso privilegio de presenciar en directo al Trío Fattoruso. El padre de ellos tocaba el bajo de una sola cuerda, que es un balde, con una cuerda y un palo, tu tiras del palo, tensas o destensas la cuerda mientras lo vas pulsando y claro........ hay que afinar a golpes, jajajaja. Ese instrumento fue muy usado en Mississippi y ciudades negras por los grupos de Blues, Jazz callejero o las Jug, Jook and Washboard bands, aunque en las Jug Bands, el bajo normalmente lo ejecutan con un porrón de barro. Tuve la gran suerte de descubrir el bajo de una sola cuerda con el Trío Fattoruso, cuando no pensaba ni remotamente que terminaría tocando Blues e interesándome por ese instrumento, en esa música que tan alta estima le tengo.

¿Bailes lluvia?

Fattoruso:
No sé qué son bailes lluvia...

Barral: Sí, muchos bailes, principalmente en el Hotel del Prado, que organizaban fiestas los alumnos del Liceo Bauzá. En una de ellas hasta toqué con uno de mis primeros grupos.

¿Tímido o encarador?

Fattoruso:
En una época tímido, y en segunda y actual etapa encarador... léase trabajo, obligaciones, etc.

Barral: Normalmente tímido y respetuoso, aunque nunca tuve miedo al destino. Me apasiona la cuerda floja, emprender nuevas historias, nuevos grupos, viajar........ nacer de nuevo. Es más, mi viaje a España lo hice con una maleta con lo justo, un buen bolso de cuero con las herramientas de artesanía, mi primera guitarra acústica marca “Ariana”, adquirida en 1963, que aún conservo y solamente 10.000 pesetas en el bolsillo (esas no las conservo), que me alcanzaron, con restricciones, para aguantar la primer semana en Barcelona.

Una playa o plaza.

Fattoruso:
Portezuelo (sin viento!).

< Barral: La playa Capurro a la que me llevó mi padre por primera vez cuando era pequeño y a la que seguí visitando más tarde en mis paseos en bicicleta. Y plaza la de Juan Carlos Blanco a la que llamábamos “El campito”, de allí el nombre del equipo que fundamos. Y para poder comprarnos las camisetas, pantalones y medias, vendíamos botellas, papel y hasta terminamos haciendo una rifa. Al final lo conseguimos y nuestra camiseta era verde con un ribete blanco, pantalones negros y las medias verdes con el doblés con rayas blancas. Ya ves, El Campito, que no ni no!!!!!!!

En el liceo, ¿estudiabas, payabas o directamente te rateabas?

Fattoruso:
Las tres!

Barral: Siempre fui muy volátil, no rateaba, pero no fui muy buen estudiante. Sólo arrasaba en Historia Natural, me encantaban los bichos y fui 5 años seguidos presidente del Laboratorio de Ciencias Naturales; y claro, para poder estudiar los bichos, organizábamos excursiones a Minas, Pan de Azúcar, bueno, los sitios donde hubiera buena cantidad de insectos, culebras, ranas, sapos, etc. Fue una manera de darle vuelta a la tortilla y disfrutar del liceo.

Una locura de adolescente.

Fattoruso:
Querer manejar un Fórmula 1, "robarle" la cachila a mi padre cuando dormía la siesta y "dar una vueltita" por el barrio!!

Barral: Con tres compañeros más, nos fuimos de caminata desde Florida hasta Tacuarembó. Cuando llegamos a Florida, llenamos una de las mochilas de pan casero y algunas conservas, arroz y demás. Caminamos durante una semana por algunos caminos de barro, atravesando campos y estancias; aguantando lluvia, tanto de día como de noche; durmiendo a la intemperie o en alguna ocasión en establos, que amablemente nos cedían y que a la mañana siguiente teníamos a nuestra puerta una lechera para desayunar (que hermosa gente la de aquella época). Cruzando arroyos como podíamos, normalmente terminábamos empapados; o buscando puentes cuando el cauce era muy grande; comiendo un día pájaros que habíamos cazado con nuestras hondas y que entre ellos había algún Hornero y creo que fueron ellos que nos dieron una diarrea descomunal y hasta un día cazamos una Mulita y la hicimos asada.......mmmmmmmmm..... estaba riquísima, no sé si fue la mulita o el hambre que teníamos, jajajaja. Para atravesar el Río Negro, nos subimos a un ferrocarril de carga para luego continuar a pie. Una experiencia a los 12 o 13 años que fue enteramente inolvidable y cuando se enteraron nuestros padres, que creían que íbamos a pasar una semana a casa de un amigo.......casi nos matan.

¿Dormiste en algún calabozo?

Fattoruso:
No.

Barral: Sí, dos veces. La primera por los años 1964 o ´65 que veníamos de actuar y llevábamos con nosotros una guitarra española. Ya era bastante tarde de la noche y nos pusimos a cantar por la avenida 8 de Octubre, nos paró la policía y dijeron: ¿Queréis cantar? Y nos llevaron al calabozo de la comisaría. Nos tuvieron toda la noche, pero con la suerte que a uno de los polis le gustaban mucho los Beatles y nos preguntó si sabíamos alguna, zás!!!! la nuestra: nos pasamos horas cantando temas de los Beatles, Rollings, etc. Terminamos haciendo un concierto “Poli-privado”.

La segunda fue por el año ´72. Yo estaba separado de mi ex mujer y como teníamos un hijo, Kenny, lo iba a buscar para pasar el día con él. Ese día estaba con fiebre y me quedé en casa de mi ex, para jugar y hacerle compañía. Llega la noche, me despido y cuando voy a irme me incita a que le de un beso a mi ex............ terminamos en un mueble para pasar un buen rato, con tan mala pata que en medio del polvo, golpean la puerta y dicen....... somos la policía, abra por favor. Mi instrumento quedó rápidamente mirando el suelo, me puse el pantalón y si, era la poli. Nos pidieron documentos y al ver que éramos matrimonio pensaron que uno de los dos era Tupamaro, que habían ido a encontrarse en “campo neutral”. Fue imposible explicar la historia y terminamos en el calabozo. A ella la soltaron con prontitud, pero yo me quedé toda la noche, hasta el cambio de comisario, que por esas cosas inexplicables de la vida, ese “tener culo”, era hincha del equipo Bella Vista, conocía al presidente de la entidad y el presidente se llamaba Barral: era mi tío, lejano, pero mi tío, si no........ cuantas preguntas hubiera tenido que contestar.

Un recital que no puedas olvidar.

Fattoruso:
Varios, con mi hermano, con mis hijos...

Barral: Muchos, desde el Sodre con Opus Alfa, Solís con Días de Blues, Novelti, cuando me hicieron la despedida en mi viaje a España; pero como te digo, hay infinidad de conciertos que no puedo olvidar.

¿Seguís en contacto con la barra?

Fattoruso:
Maso... varios de mis amigos de aquella época partieron...

Barral: Desgraciadamente no.
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Eduardo Ravelino (Contrafarsa), 9/11/2000
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