9/4/2011 | daniel Uno, el que escribe en este caso, siente una mezcla de rabia, impotencia y gran tristeza, necesarias de ser manifestadas. Pienso en los finales (carnales) de Mateo y Darnauchans, en H. Fattoruso, J. Galemire, U. Moraes, dando recitales en la Zitarrosa a sala “medio” llena, en el mismo Cabrera que, hasta no hace tantos años llevaba un núcleo reducido de gente a sus convocatorias, etc, etc, etc. Los sentimientos antedichos brotan, entonces, cuando uno ve que esta suerte de Primates de la música, haciendo gala de un extremado mal gusto, de una pésima imitación ( los simios lo hacen mejor ) de lo peor de culturas foráneas , de la suma vulgaridad expresada en fórmulas baratas e hipertrilladas, logran vivir (20 años!!!!) de la música. El alivio?. Que cuándo de esta basura no quede más que el humus que servirá a la Naturaleza para mejores propósitos , las Obras de los grandes Maestros anteriormente nombrados (y de tantos otros), serán pilares en los que sigamos construyendo una cultura de la cual podamos seguir sintiendo orgullo. Nada personal tengo contra los integrantes de Trotsky, aborrezco sí, lo que representan, porque triste es pensar que no están solos. Solos y en silencio están, para congoja de algunos (muy pocos) los verdaderos creadores. Tal vez, en la historia del arte, siempre haya sido así.- |