SieteNotas

Jorge Bonaldi, Capítulo IV - El imperio contraataca

16/5/2000

INFORME PUBLICADO EN:
* Diario "La Hora" en Montevideo, enero 4 de 1986.

Montevideo volvía a ser el de antes.
Estallaba el verano.
Boing.
Torturados y torturadores caminaban por las mismas calles,ocupaban las mismas butacas de los mismos cines, se bañaban en las mismas playas, bebían en los mismos vasos de los mismos bares...

Era el cambio en paz.
El mapa aún no se había cambiado como quería el cantor. Ni por asomo.
Sin embargo quién se hubiera atrevido a decir que todo seguía igual.

Yo estaba en una plaza de Pocitos mirando un festival de música beat, rock n´roll y punk rock.
Gratuito. Y uruguayo. Ahijuna. Canejo.
Observaba lo bien que lo estaban haciendo los protagonistas.
Soltura de cuerpo, desinhibición, desenfado, desprejuicio, canción visceral. La ropa. El corte de pelo. Todo igualito.
Igualito o al menos muy parecido a lo que veníamos observando en los últimos dos años en los video-clips estadounidenses.
Y en los ingleses. (Que son más finos, siempre).

La misma forma de remangarse la camisa, la misma caravanita colgando del lóbulo de la oreja izquierda, los mismo acordes.

-"Pero ¿cuánto tiempo habrán estado estudiando a David Bowie, a Spandau Ballet, a The Police, etc. para lograr una imitación que parezca tan auténtica?"- preguntábame yo.

¿Cuántas horas o semanas encima del tocadisco calcando nota por nota, armonía por armonía, fraseo por fraseo, para parecer tan genuinos, tan creíbles?
Eso tiene mucho mérito, chico. Aunque más no sea por el tiempo invertido en ello.
Ahora sólo se trata de recuperar la inversión y convertirla en ganancia. Y allí estaban ellos para eso.
Eran los nuevos rockeros uruguayos. Y su joven empresario discográfico detrás.

Y Montevideo volvía a ser el de antes.
Al fin ocurría.
Sólo que ahora no se cantaba en inglés como antes. Como en mis tiempos.
Ahora únicamente se tocaba en inglés.

Sí, querido lector, sí. Porque no solamente hay idiomas para cantar. También los hay para componer música. Y hasta para ejecutarla.
Qué asunto raro ése, ¿no?. ¿Y si la música, la soltura de cuerpo, el desprejuicio, el desenfado, la desinhibición, la actitud visceral, el corte de pelo, el remangue de camisa, la caravanita y las secuencias armónicas eran la misma cosa que en los video-clips estadounidenses, ¿porqué entonces no cantaban en inglés?
A fin de cuentas los chicos de Pocitos entienden bastante bien el inglés. Los de Malvín , Punta Gorda y Carrasco también. Y los de Punta del Este ni te cuento.
Entonces, ¿POR QUÉ NO CANTABAN EN INGLÉS?

No lo hacían, querido lector, porque en realidad ya nada es lo mismo.
Porque si a estas alturas cantaran en inglés, la desfachatez sería demasiado grande.
Ni sus propios seguidores se lo perdonarían.

Pero...refresquemos la memoria. Veinte años atrás (que para el caso es como decir "hace media hora"), en Montevideo se cantaba en inglés.
En todos los bailongos juveniles desde el club Colón hasta el Parque Hotel, pasando por Discodromo Show, los conjuntos musicales cantaban en inglés.

Y no era el cambio en paz. Era la explosión de la beatlemanía. Recordemos, sin ir más lejos, los recitales de los Shaker´s, verdadero premio consuelo para las juventudes rioplatenses que no tenían la posibilidad de ver de cerca a los auténticos Beatles. También había imitadores del estilo compositivo de los Rolling Stones. Y en general para todos los gustos. Y todos, toditos cantaban en inglés. Y un servidor también. Y sino, pregúntele a Dino, que también cantaba en inglés, porque dentro de ese género, el idioma español era rechazado por ordinario, en una especie de actitud colectiva de rubor colonial.
Así estaban las cosas, querido lector, en 1964 y sucesivos, en el terreno de la musica popular en este país.

Como quien dice, hace media hora.

Hasta que hicieron aparición los músicos de la generación del Kinto (Mateo, Urbano, Rada y su gente). Ellos, con su candombe beat , generalizaron el uso del idioma castellano en el canto, al encontrar esa hibridación musical.

Pero quienes de verdad afianzaron la criollez en el cantar, en el decir, en el componer y el tocar , fueron, primero los músicos de la generación protesta, (años ´70) y luego la generación del "Canto Popular", es decir, la canción de la resistencia. Un oscuro ejército de guitarreros y cantores pésimamente pertrechados, fogueándose sobre la marcha asediados y obstaculizados por un régimen y un sistema infinitamente más poderosos, blandiendo dignidad como única y modesta espada, fue recorriendo barrios y poblaciones, encendiendo luces en gargantas y corazones en tiempos de desolación. Sin televisión. Sin video-clips , sin ye-ye. Sin relucientes instrumentos y casi sin micrófonos.

E incluso sin organización.

Una simple cuestión de responsabilidad.

Y sin embargo, eso, sólo eso, bastó para levantar un muro de contención contra la imposición trasnacional de música anglo-norteamericana. Durante casi ocho años.

Con todos sus defectos, el Canto Popular fue un verdadero freno para el colonialismo cultural. Un freno molesto y un ejemplo peligroso para los intereses del imperialismo. Casi ningún país hipanoamericano registra lo que ocurrió en Uruguay con la canción popular en tiempos de dictadura.. Aunque muchos lo olviden y otros quieran echar tierra sobre el asunto.

Desde entonces ya nada pudo ser como antes.

Hoy habría que tener mucha cara para cantar en inglés después de toda el agua que corrió bajo los puentes.
Obviamente me refiero a los uruguayos que interpretan composiciones propias. Por eso, querido lector, por esa peculiar evolución que han tenido las cosas en estos últimos quince años, es que días atrás, en la Plaza de Villa Biarritz, Flavia Ripa, Fernando Cabrera, Los Estómagos y Zero, se presentaron en público con sus respectivas formaciones de rock y cantaron en español aunque en realidad hayan tocado en inglés.
Porque parece ser que el tocar pasa más desapercibido que el cantar. Por ahora.

Un año atrás, en un folletito editado en las colonias europeas de nuestros exiliados, yo mismo escribía, refiriéndome a la problemática que debería enfrentar la canción popular uruguaya en tiempos de democracia liberal:

"La reciente entrada (o re-entrada) en escena del rock nacional impulsado por figuras prestigiosas y caracterizadas (del área del Canto Popular), aparece como otro factor peligroso, ya que, de generalizarse el fenómeno, se correrá el riesgo de que las empresas comerciales se las ingenien, como siempre, para vaciarlo de contenido, perpetuando sólo la superficialidad de esa manifestación : ruido y decibeles.

Querido lector: no tengo la más mínima intención de "jugarla de profeta". Pero la cosa me huele muy mal. ¿A usted?

Vivimos tiempos de enorme confusión.
Y a río revuelto...
El sistema no se queda quieto ni por un instante y aprovecha cada milímetro que se le facilita.
El Uruguay continúa siendo en casi todos los planos un lugar en situación de dependencia colonial.

El Canto Popular fue un fenómeno muy fuerte y con escaso parangón a nivel continental.
Ahora el Imperio contraataca.
"Joe" no está acabado ni mucho menos.

Montevideo, dic.,1986.

www.uruguaymusica.com

Jorge Bonaldi

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