tormenta de punk

Como si un solo día fuera poca cosa, la Trotsky arrasó con dos Pachamama repletos, entregándose a un público desacatado, que no le hizo asco al sudor de los cuerpos en combustión. Salud, dinero y dinero, Clase B, Yo no fui, Durmiendo afuera, y Todo lo contrario, alimentaron el fuego que se propagó desde el escenario hacia el auditorio, dando vida a un típico infierno "trotskiano".

Viernes nueve y diez de mayo fueron las fechas elegidas para la "operación pogo" de Trotsky Vengarán, y ahí estuvieron los pibes de siempre haciéndole el aguante. Ya es un clásico toparse con las remeras de la banda en cualquier toque. Así que no fue sorpresa para nadie descubrir un mundo de remeras, en su mayoría negras con el diablito rojo, con las iniciales TKYVGN, otorgando el certificado de pertenencia a quien la llevaba encima.

Y para sumarle más emoción a los acontecimientos, era sabido que cada una de las notas y de las voces que sonaran en estas dos noches de punk, iban a ser registradas para el futuro lanzamiento de un disco en vivo. No había excusas para no estar presente. Y definitivamente no hubo excusas para no dejar el corazón y el aliento en la cancha.

Cualquiera de las presentaciones, inclusive la del sábado que presumía ser para los "más chiquitos", fue un agite casi constante. La participación de Gabriel Peluffo de Buitres en "Hay que saltar", y en el ya incorporado cover de "Un beso y una flor", revolucionaron aún más a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, que esperaban el momento en que el líder de la "banda hermana" compartiera la escena con Guillermo Peluffo, vocalista de Trotsky Vengarán.

Ya un poco más entrada la noche llegó el turno de Gustavo "El gordo" Parodi, violero de Buitres, otro invitado de la casa. Interpretó "Jota Erre", uno de los temas preferidos del Durmiendo afuera, y "Todo puede estar mucho peor", corte de difusión del último trabajo discográfico de Trotsky: Todo lo contrario.

No hubo grandes diferencias entre el show del viernes y el del sábado. Los temas fueron básicamente los mismos: unos treinta, que recorrían la trayectoria de la Trotsky, desde "15 minutos 15" y "Tormenta de mar", de su primer álbum Salud, dinero y dinero; hasta los ya convertidos en ritual: "Historias sin terminar" y "Resistiré", piezas claves en el esqueleto de Todo lo contrario.

No faltaron los temas más conocidos y comerciales: "Mueve que te mueve", "Tu lugar", "El alma en dos", "Sobre un vidrio mojado", "Por vos", "Ni olvido ni perdón", "Sataman", "Detrás del arco", y "La vida sigue igua". Pero las reliquias también encontraron su lugar, no solo en el repertorio de la banda, sino en un montón de seguidores fieles, que las saborearon como si fuera la primera vez que las escuchaban. Las más festejadas fueron "El cielo se parte en dos" y "Un mensaje para la humanidad", del Clase B.

Llegando al final, se ejecutó la primer retirada de los músicos, y para asombro de algunos, Stalin, -banda paralela, con los mismos integrantes menos Peluffo que le pasa la posta a Hugo Díaz, violero de la Trotsky-, fue quien se apoderó por completo de las almas ramoneras, que se fundieron en una avalancha "panqueque" al oír las acordes de "Judy is a Punk" y de "Teenage lobotomy".

Después de otra salida y entrada, los pibes de la TKY abandonaron la sala entre aplausos, cantos, y gritos. Dos verdaderas tormentas de punk, que arrancaron todos los pies sobre la tierra, dejando nada más que las ganas de tener ese disco en vivo en la mano, para volver a sentir la crudeza de una banda que sabe vivir el punk.

Viviana Scirgalea